Una curiosidad diagnóstica

Este es un tema que debería investigar en profundidad, a nivel revisar publicaciones, desarrollos teóricos y evidencias clínicas, para luego quizás conducir mis propios experimentos (que en realidad son encuestas, pero se entiende). El trastorno de ansiedad generalizada.
Una cosa es discutir la teoría, donde se podría poner en cuestión si no se está gestando de esos diagnósticos-bolsa donde van a parar los casos complicados que nadie entiende. Hoy por hoy, ese fenómeno viene más pegado a que se encuentre algún fármaco eficaz con un trastorno hasta entonces poco dócil, y para la ansiedad generalizada no se ve que haya una pastilla mágica.
Otra cosa es hacer un buen rejunte de historiales, casos seleccionados como ejemplares, para ejemplificar una hipótesis interesante.
También se puede tirar la carta de la histeria de angustia, en realidad una histeria como cualquier otra, haciendo síntoma por identificación al deseo del otro. Desde que el ataque de pánico es un síntoma decente, y ya no un indicio de tener un marido eyaculador precoz (cf Freud "Sobre la (...) neurosis de angustia").
Pero en mis veinte años de psicólogo, todas las personas que se me presentaron como diagnosticadas con trastorno de ansiedad generalizada eran más bien... alcohólicos.
Es increíble cómo se disimula el alcoholismo: los síntomas de irritabilidad se relatan como si fueran ansiedad ¿temblor por abstinencia? ansiedad ¿labilidad emocional? ansiedad. La única ansiedad que tienen es de correr a tomarse otro trago.
El discurso terapéutico puede terminar en esto, porque lo que era grotesco y risible, o hasta perverso, desde que es una enfermedad se volvió algo vergonzoso. 
Con las adicciones todavía no pasó lo mismo, porque todavía están en el campo de la perversión para el imaginario social, gracias a que son ilegales. Los adictos también ocultan, pero no se andan con eufemismos: la persecuta hace que se escondan todas las manifestaciones del hábito. Ya les llegará el turno...
Evidentemente, no todos los alcohólicos se presentan como padeciendo un trastorno de ansiedad generalizada. Los que eligen esta modalidad suelen ser bebedores "sociales": personas que no han tenido escándalos a causa del alcohol. Pasaron de la época en que se espera que los adolescentes experimenten y entraron en una etapa en que emborracharse empieza a verse como una falta de control (=madurez), tal vez tienen hijos que no quieren hacer testigos de borracheras.
Capaz la explicación clave es que son alcohólicos que viven sub-dosificados. Eso daría cuenta de todo el cuadro.
Por otro lado, muchos pacientes también llegan con un diagnóstico de "colon irritable" y sólo tienen colitis por el alcohol, pero como las crisis coinciden con las situaciones de estrés como el trueno sigue al rayo, la mayoría de los médicos caen en el equívoco de creer que es un problema psicosomatico.
Pero estos pacientes no están precisamente sub-medicados de alcohol...
Otro determinante, todos los pacientes que conocí con el complejo "ansiedad-alcoholismo" eran blancos de clase media ¿Será que con ellos no indagan los consumos problemáticos, como sí con los negros pobres?


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