Punik Attack

Allá lejos y hace tiempo, los médicos descubrieron entre los soldados un llamativo trastorno mental que llamaron "el pavor provocado por el gran viento de la bala de cañón", o algo por el estilo.
Lo que ahora se llama estrés post traumático, se presentaba como un cuadro de ansiedad, evitación, flash-backs intrusivos y sueños traumáticos en soldados que habían salido ilesos de los ataques de la artillería. Eran los que se habían salvado por un pelo. Esto era lo que les llamaba la atención, no se suponía que reaccionaran así. Y no era menos llamativo que este fenómeno fuera casi inexistente entre los heridos.
Desde que los hombres se matan de forma organizada, existía una separación entre soldados bisoños y veteranos, según hubieran participado en batallas.
De los soldados bisoños, por mejor entrenados que estén, nunca se espera que respondan con la misma disciplina maquinal que los veteranos. Siempre se trata de que participen en posiciones protegidas, o al menos no cruciales.
Desde esos años, el modelo del "trauma psíquico" se sigue usando, mal que les pese a los que se la dan de modernos y manejan un concepto de ansiedad, fobia y obsesión anterior a 1890.
El concepto siempre pasa por la vaga idea de un exceso, un desbordamiento de la capacidad mental del sujeto: cuando no es un estímulo demasiado fuerte, es un sistema nervioso débil, o el tipo estaba desprevenido, o es estímulo era interno y por lo tanto ataca desde donde no hay barrera "anti-estímulo".
Qué se esperaba de los soldados bisoños? Que después de sobrevivir a un peligro superior a sus fuerzas, adoptaran esa forma de disociación que es normal en los oficios de riesgo para protegerse del estrés: por un lado son conscientes del peligro, y por otro sienten que no existe.
Incluso en la dinámica grupal son comunes las actitudes de desafío al peligro y el bullying hacia quienes no participan de la negación: se los trata de débiles, afeminados, flojos, idiotas.
También se puede pescar que los que actúan así tienen en el fondo la creencia en un poder superior que los protege. El accidente de sobrevivir les sirve como una confirmación.
¿Qué pasa entonces con los traumados? El peligro al que se expusieron es el mismo que a otros los "curte". No estaban ni mejor preparados ni se puede encontrar que tuvieran defectos congénitos (la ventaja de la medicina militar es que siempre trabaja con muestras grandes de individuos).
La tesis de la ansiedad preventiva dice que cuando existe una expectativa angustiosa, la atención está enfocada en el entorno y la imaginación anticipa el peligro. Si el evento traumático sucede en estas condiciones, se espera que sea procesado y asimilado, significado, etc. con más probabilidad que si ocurre cuando/donde/como no se lo espera.
Compárese el cagazo que causa el ladrido de caniche desde una ventana que da a la vereda.
Hay muchos casos típicos para sustentar esta idea.
Recuerdo un pocero que siempre contaba que en el servicio militar estaba en una cuadrilla encargada de cavar un pozo artesiano. Se habían tomado la costumbre se dormir una buena siesta en el fondo del pozo para alivianar la jornada.
Una noche el pozo se derrumbó, las paredes de tierra cedieron y quedó tapado. Por supuesto, no había nadie en ese momento. Pero desde entonces este hombre ya maduro sueña que está en el fondo de un pozo que se derrumba sobre él y despierta en un grito.
Otra lectura posible: si los que no quedan traumados quedan convencidos de que un poder los protege, otros podrían interpretar el mismo suceso en el sentido de que ya no pueden confiar en ese poder protector...

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