Este es tu cerebro con porno

Hoy me crucé con una publicación de esas que alertan sobre "El flagelo de x". Esta vez matando dos pájaros de un tiro: afirman que el cerebro de una persona que mira porno es como el de una persona drogada con heroína ¿Exagerado? La ciencia lo dice, papu.
Con tres fotos presuntamente de un "brain scan" (¿TAC? ¿RMN?¡ Qué importa!) un tuitero aportaba hoy un granito de arena a la estigmatización de la pornografía, a los prejuicios sobre la masturbación, a la degradación de la sexualidad en general, y de paso cañazo a la confusión acerca de las toxicomanías.
Acá está la publicación:

El imaginario social del "flagelo" se lleva muy bien con el reduccionismo biológico, con el cientismo. Parece contradictorio ¿no? por un lado moralizar un problema de salud mental, y por el otro llevarlo a un determinismo cerrado al que no le interesan las persona porque todo se explica por la neuroquímica.
En realidad, no hay contradicción: se trata de la misma lógica moral que expone en algún lugar Rousseau cuando dice que los que violan el pacto social quedan excluidos del derecho: se los puede tratar como animales.
Respecto a las adicciones: son un flagelo moral porque connlevan una "elección del mal camino" y son explicables por la biología porque los adictos quedan reducidos a un estatus animal. Y se lo merecen.
Con la comparación entre consumo de pornografía y consumo de drogas, esta gente apunta a medicalizar la sexualidad, ellos quieren un argumento que les permita decir "si tenés tal forma de satisfacción sexual, te puedo tratar como un incapaz, luego, te puedo encerrar sin consentimiento".
Si creen que estoy siendo tremendista, vean de donde salió la fotito:
https://conquerseries.com/this-is-your-brain-on-porn/
¿Es un sitio de neurociencia, siquiera? ¡Es un sitio fundamentalista cristiano!
Ese tipo de agrupaciones son las que promueven comparar la sexualidad con trastornos por substancias.
Pero no quiero quedarme en un justificadísimo argumento ad hominem, así que aclaremos las cosas: se supone que los opiáceos son similares a las endorfinas, las substancias que produce nuestro cerebro para que sintamos placer, analgesia, relax. Es demasiado estúpido no ver que el tipo de actividad cerebral que tenemos cuando sentimos un placer intenso, por ejemplo al mirar porno, va a ser muy similar al que tenemos cuando inducimos ese placer con una droga.
Desde que existe un enfoque que estudia ciertos trastornos del comportamiento (la ludopatía, la anorexia, las compras compulsivas, por ejemplo) a partir de sus similitudes con las adicciones, un enfoque que tiene sus méritos, también sucede que hicieron pie algunos inventos como la "adicción al sexo". Si puede haber adicciones sin substancia, puede haber adicción a lo que sea.
En cualquier momento van a decir que la tricotilomanía es una adicción a arrancarse pelos...
Es importante, importantísimo, poder estudiar las adicciones más allá de la dinámica neuroquímica, pensar en cómo se sirve una persona de elementos de lo real, de recursos tecnológicos, de lo que el mercado le pone a disposición, etc. para afectarse y proveerse distintas experiencias tóxicas.
Es muy valioso definir la toxicidad desde el valor subjetivo que tiene, independientemente del efecto químico.
Todo esto debería desarrollarlo en otro lado, pero si alguien quiere tomarse el trabajo de leer algo un poco arduo mientras tanto, Sylvie Le Poulichet escribió "Toxicomanías y Psicoanálisis" y explica que en la práctica clínica es evidente la falta de correlación entre substancia y efecto manifiesto.
Pero tampoco podemos dejarnos llevar por los juegos de palabras, llamar a todo "consumos problemáticos" por el sólo hecho de que las cosas se compran y venden, y poner todo en la misma bolsa.
También me queda chico el lugar para seguir la diferente evolución que presentan la dependencia de substancias y las prácticas sexuales. Por más que Freud llamara a la masturbación la "adicción primordial", no tenemos por qué poner los juegos de palabras por encima de la experiencia.
En lugar de un desarrollo tedioso y prolijo, me quedo con la síntesis que abrochó otra tuitera al contestar la publicación citada:



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