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Mostrando entradas de febrero, 2021

El sutil arte de hacerse el boludo

Una ayudita para cuando se crucen con una de esas personas que quieren llamar la atención. Esas que llamamos histéricas, sean hombre o mujeres. De la histeria en el varón sólo voy  a decir que es más complicada que en la mujer. Tal vez porque la cultura les dió a aambos un reparto desparejo, la condición viril no se lleva muy bien con hacerse objeto del deseo ajeno. Como sea, no hay que confundirse, hay que guiarse por el saber popular: la persona se hace desear, pera por lo mismo no soporta satisfacer al deseante. No se deja gozar. El problema es que una persona así puede resultar desde halagadora a insoportable. Eso no depende del tipo de personalidad, si no de la capacidad de tolearnacia a la frustración, de inhibición de impulsos y de sublimación que tenga. Una persona capaz de elaborar sus impulsos encuentra sustictucione simbólicas para el deseo sexual, y busca fama, hace chistes, diseña carteles, te invita un asado, toca la guitarra. Una persona que no tiene freno simplemente se

La memoria larga y la memoria corta

Mi queja recurrente de los últimos días... meses. Le entrego información a mis colegas y me llaman para preguntar. Les hago manuales, me llaman para preguntar. Les envío los archivos que necesitan, me llaman para pedirlos. Les pongo cartelitos, los pasan de largo. Les explico por whatsapp, lo pierden. Me llaman de nuevo. La administrativa les pide un papel -que se indicaba en el manual, en el whatsapp, el mail, me llaman para protestar. No es todo el mundo, claro, la mayoría de a poco se las arregla para retener y encontrar lo que necesita. Tampoco se me escapa que la burocracia infesta las prácticas financiadas por el sistema de seguro médico, pero no es excusa: casi todos son egresados de la UBA, una institución que se caracteriza por no hacerte las cosas fáciles en materia de trámites. Y a favor de la teoría de las inteligencias múltiples: muchos que me piden ayuda de manera sistemática son profesionales de lo más competentes, de esos que querés tener siempre en tu equipo. La curios

Especialidades colonizadoras

¿Alguien puede decir la diferencia correcta entre la neurología y la psiquiatría sin remitirse a las aplicaciones prácticas del momento? Pues no. ¿Y tomando en cuenta las patologías de que se ocupan? Antes sí, pero ya no. Hace cien años, los neurólogos se ocupaban del sistema nervioso como de una red de elementos conectados. Los psiquiatras se ocupaban de la conducta y el discurso. En cuanto a terapias... Encierro, frío, calor, baños... Pero entonces llegó el doktorrr... manejando un cuatrimotorrr... Lo que llegó fué la química y los psicofármacos. Dejando los mecanismos de acción al margen, que no es lo mío, se puede decir que todas las drogas actúan en el nivel de las sinapsis, en la comunicación de una neurona a otra. En esto la neurología y la psiquiatría están igualadas. Por eso empezaron a repartirse el sistema nervioso de a poquito, como las potencias europeas se repartieron África. La neurología arrancó por la periferia y las funciones neurovegetativas, mientras la psiquiatría

La casa del ser

Se acuerdan de esa frase "el habla es la casa del ser"? En la carrera de psico la remachaban sin descanso. Y para desilusión de los liberales que lloran por el adoctrinamiento universitario, cuanto más lo repetían, mas sonaba a chamuyo, o mejor dicho metachamuyo: las cosas que parecen ingeniosas pero que se usan para predisponer a la gente a creerse los chamuyos. Dejemos a un lado el existencialismo. Hoy aprendí que los que llamamos sordomudos no son sordomudos. Ellos tienen voz y la pueden usar. Me lo explicó un colega que trabaja con sordos, usa lenguaje de señas y le explica a los médicos que hacen implantes cocleares por qué no se resuelve todo con un aparatito. Por qué es necesario que los chicos aprendan el lenguaje de señas aunque después puedan recibir un implante. Me explicó que por más que consigan oír con un aparato siguen siendo sordos, y y que construyen su identidad incluyendo esa condición como un rasgo propio. Lo que más me gusta de mi trabajo es conocer de la

Autogestión: menos es más

Al la gente le encantan los servicios autogestivos. Claro que todos saben que son una estafa, porque no son más baratos y uno hace cada vez una porción mayor del trabajo.  La parte difícil, además, que es la de encajar la experiencia analógica en el molde digital. Ahí sí que se  nota eso de que al deseo no le queda otra que pasar por los desfiladeros del discurso. En serio: en la era digital es más que necesario repasar ese grafiquito que hacía Lacan y llamaba "grafo del deseo". Sobre todo porque lo que el tipo discutía era la idea unidimensional de la "comunicación" que ya en los '60 se describía como una transmisión de información. Culpa de la guerra: las cosas que hacen los militares sirven de fetiche para imaginarse todo, más porque son héroes y todos queremos ser como héroes, que por la relación estructural de la racionalidad que gestiona la distribución de la muerte con las relaciones de producción que ordenan occidente. Los esencial y lo que tiene sentido

La creatividad

De esto hace casi veinte años. Once de la noche, llamada al celular de número desconocido. Ignoro la llamada y vuelve a sonar. Como no atiendo, llega mensaje de texto, con la palabra "urgente" y el nombre de un paciente internado en la institución donde trabajaba entonces. Un poco fastidiado y un poco preocupado, uno atiende porque sabe que es el mal menor. Alguien convencido de que te tiene que transmitir algo urgente va a insistir y cada vez te vas a tener que preguntar a qué te arriesgas si elegís no enterarte. Una mujer desconocida me espeta con tono de alarma que al mismo tiempo imposta autodominio para infundirse autoridad, pero que sólo genera deseos de evadirse: "soy fulana de tal, soy la psicóloga de fulanito". Con lo que me quedo de de una pieza, porque el psicólogo que atiende a fulanito soy yo. Me aclara "Soy la psicóloga del Hogar XX, me llamó la mamá de fulanito me preocupada porque en la institución dicen que fulanito prendió fuego un colchón. Es

Haz lo que yo digo...

...pero no lo que escribo. A la gente de leyes y a los académicos, les encantan las cosas por escrito. La cofradía de la infromática ya es otro cantar, porque si bien todo lo hacen por escrito, ellos están del otro lado del mostrador de la escritura, así que tienen derecho a mostrarse un poco cínicos frente a los fetichistas de la letra. Los psicólogos (y los médicos también) trabajamos con la palabra. Dependemos de lo que nos dicen como los marinos del principio de Arquímedes. Nuestras intervenciones son palabras, nuestro bisturí es la voz, nuestro medicamento el idioma. Hasta ahí todo bien, nos encanta escuchar y decir cosas ingeniosísimas. Y por más que nos digan vendehumos, la cosa funciona: la gente se siente mejor, los locos en general están menos locos, y los padres complicados torturan un poco menos a sus hijos. Llegará un día en que ya no hagan falta psicólogos... Como iba diciendo, decimos y nos dicen cosas y todo marcha bien. Y qué pasa con lo que se escribe? Porque también

Emergente

Todos los que han tratado lo suficiente con los locos pueden suscribir la afirmación de que en todo delirio se oculta un fragmento de verdad. A prestar atención: "Se oculta": no está a la vista, el texto del sistema delirante no es ese fragmento de verdad, aunque después se diga que la lengua sólo puede esconder las cosas a la vista de todos. "Un fragmento": no es la verdad, el delirio no es la verdad, ni dice toda la verdad, dice un pedacito. Decir un pedacito de la verdad no es decir necesariamente una mentira, aunque puede ser una forma de engaño. Pero el delirante no engaña. Ni es posible engañarlo. Cierto paralelismo se puede hacer con el fenómeno social de los fanatismos, las sectas y los movimientos extremistas. No porque esos movimientos esté integrados y generen convocatoria entre los delirantes, o los fantasiosos que romantizan delirios (harina de otro costal). Ahí te dejo el temita del lazo social en la psicosis. Más bien porque si hay un descontento capa

Seamos racionables

La racionalización: qué es? Un mecanismo de defensa secundaria . Por qué? Primer paso: un idea se reprime porque está ligada a una compulsión en conflicto con un interés propio o con un imperativo. Segundo paso: en lugar de la idea reprimida aparecen ideas sustitutas, que se imponen porque la idea original está ligada a una compulsión. Tercer paso: el sujeto trata de controlar las ideas sustitutas porque las reconoce secretamente como tales. Cuarto paso: como el sujeto reconoce esas ideas pero no puede reconocerlas ante sí mismo, necesita asociarlas a una motivación admitida.  El mecanismo se llama "racionalización" porque sus exponentes más famosos tenían un estilo de discurso racionalista, o porque quienes los atendían eran médicos formados en el espíritu del sXIX, y destacaron los ejemplos más semejantes a su mundo de ideas. Pero la justificación de un mecanismo obsesivo no tiene por qué ser una argumentación sobre la probabilística de los accidentes domésticos para justif

Interceptación

Si yo digo interceptar, lo primero que viene a la cabeza son escenas de combate aéreo. Intecepción es lo que pasa ahí: un avión llega a donde está volando otro y paf, lo baja. Como soy malpensado, creo que también les pasa lo mismo a los que confunden interceptación, que es un sígno característico de la esquizofrenia al punto de que por sí solo hace diagnóstico, con la intrusión, que es como quieren llamar a las ideas obsesivas los que no creen que esas ideas sean propias de la persona. Por supuesto: las terapias basadas en la evidencia pueden mostrar una estadística perfecta al respecto: de N casos de ideas "intrusivas", indagado si las mismas guardaban relación con el tema en que estaban pensando, para el total de N se comprueba que no. La discusión parece no tener cierre, porque si uno dice que esa discrapancia entre el curso de ideas voluntarias y el de las intrusivas es el resultado del mecanismo de defensa que evita que las ideas reprimidas lleguen a la consciencia, te

De dónde vienen? A dónde pertenecen?

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Identificar la atención en salud mental exclusivamente con el modelo de psicoterapia individual genera muchos problemas. Para el público da una idea banalizada de los problemas, colabora con el prejuicio voluntarista de que las enfermedades mentales son problemas imaginarios que se arreglan con un poco de contención y afecto. De rebote, para los que ejercen esta noble disciplina tiene el riesgo de obnubilar la mirada y hacerles creer que su práctica es La práctica. Obviamente todos se dan cuenta de que hay otras cosas, pero las ven como intervenciones adicionales, contextuales, paralelas. Uno puede creer que si en el tratamiento de un paciente internado se incluyen sesiones de psicoterapia individual, lo que pasa ahí es como lo que pasa cuando una persona va al consultorio que el mismo psicólogo tiene en un departamento del centro. ¡Hasta hemos consentido la expresión misma "Espacio de terapia individual"! Los tratamientos no son modelos armados con bloques: las agendas que u

Repetir cien veces

No hay forma de hacer salud si no se trabaja en equipo. Es tan obvio que nadie se da cuenta de que ni bien lo pronuncia o lo piensa, en un ricón de la mente se le forma la idea de que "bueno, pero para x problema no hace falta tanta complicación". Cierto que si uno mira la cantidad de consultas que nunca pasan de las consultas individuales, el sinónimo entre salud mental e ir al psicólogo se hace solito. Lo malo de quedarse con esta idea es que se convierte en la excusa para crear una porción de terapeutas que solamente se van a quedar aspirando a ese tipo de práctica. Y muchos de estos son los que además escriben mejor. Y como son honestos escriben de lo que conocen: conocen lo que anda casi solo. No conocen de gente muy trastornada como para cumplir un horario, no conocen de personas incapaces de aplazar la satisfacción, no conocen de personas mentalmente enteras expuestas a los efectos de enfermedades crónicas incapacitantes, no conocen de personas rechifladas que no tiene

Nos tratan como un pedazo de carne

Señora llama al call center, pide un psiquiatra para su hija. Pide un psiquiatra que atiende en forma presencial. Le contestamos que sólo se atienden de manera resencial las urgencias, y en la guardia de la clínica. Llama de nuevo, que su hija necesita un psiquiatra que la atienda en persona. De nuevo le decimos que no hay: sólo guardia y urgencias en domicilio. Que no quiere ir a la guardia, que cómo puede ser que el dentista atienda en el consultorio y el psiquiatra no. ¿Hay que explicar? Y, sí, porque el usuario no es amo del servicio. ¿Por qué el odontólogo trabaja en persona? Porque no le queda otra. Si pudiera atenderte con un dron, estoy seguro que el dentista no se acercaría a menos de dos metros de la boca de un extraño. -Pero el psiquiatra necesita ver al paciente -Tenés la cámara.  -La cámara no muestra todo. -Una entrevista de una hora al mes tampoco muestra gran cosa. Lo cierto es que las cosas que puede "ver"un psiquiatra en el consultorio, más allá de lo que in

Hablar al pedo

Siguen apareciendo situaciones que tienen mucho que ver con los límites, las reglas y el hecho de que las personas somos muy de querer algo de los demás. Por supuesto, la cosa se complica porque lo que no somos capaces es de resignar algo que nos interesa. Y no es, como querían los filósofos de la sociedad moderna, que entre humanos nos peleamos por las cosas que necesitamos, sino que las cosas de que intentamos apoderarnos son siempre otros humanos. Con las cosas casi nunca hay problemas: se sueltan como la cola de la lagartija y se terminó el asunto. ¿Acaso no se ve claro donde sea que alguien se aferra a una cosa es porque de alguna manera la siente como una parte de sí mismo? Que las cosas sea parte de uno lo explica muy seriamente Winnicot, pero se prueba fácil haciendo que alguien presencie cómo le rayan el auto. Las cosas propias duelen como cualquier órgano.  Todos queremos algo de los demás, todos queremos a los demás como cosas. Que se proponga como ideal de vínculo la negaci

Invasiones

En el post anterior mencioné de pasada que algunas corrientes de la psicología creen en un modelo de personalidad como un organismo coherente. Que esa creencia es fruto de la adhesión a un sistema filosófico más que hija del modelo teórico se demuestra observando que hoy por hoy son las mismas corrientes que se autoproclaman pertenecientes al paradigma del procesamiento de la información. Entiendo que para decir eso hace falta una dosis enorme de desconocimiento de cómo se procesa la información. Porque entendiendo un poco mejor qué puede y qué no puede hacer la información, se da uno cuenta de que no ya la personalidad, sino la representación de sí mismo, el yo, está lejos de ser algo coherente. También hablaba de hacer diagnóstico diferencial, en otras palabras, discriminar. Y la discriminación es también la base de la formación de un "yo" y de la posibilidad de interactuar con pares. ¿Cómo se define dónde se termina uno y empieza lo otro? Cuando se trata del cuerpo parece

Diagnóstico diferencial

La necesidad de diagnóstico diferencial se supone como un caso que debería ser de excepción, cuando un cuadro presenta síntomas similares o comunes con otro cuadro. Pero cuando se trata de enfermedades mentales es más bien la regla. Sobre todo porque la tendencia es tomar en cuenta el síndrome: el conjunto de signos y síntomas. Mejor dicho: los signos y síntomas como una colección de datos, cuando lo que se necesita es poner a prueba qué modelo de estructura de la personalidad explica mejor la conducta del sujeto (una vez discutí sobre esto con una matemática y quedamos en un atolladero debido al concepto de modelo que maneja cada disciplina). Para el que tiene un modelo de personalidad como un sistema, todas las patologías tienen que resultar necesariamente en una colección de anomalías, desviaciones que no se pueden integrar al resto y que típicamente tienen que explicarse como efecto de otra cosa: los neurotransmisores, los genes, el stress, la luna en acuario. Es gracioso que justa

Si se puede

¿Eso es impotencia... o imposibilidad? Los lacanianos son muy de alardear de dejar a los pacientes pataleando con preguntas imposibles. Entiendo el objetivo técnico y también conozco el placer específico que induce hacer esas intervenciones (en terapia, como docente no se me da). Además es algo muy sencillo, se ejercita como cualquier competencia lingüística, como cualquier talento -los talentos de ejercitan y la existencia de individuos que se escapan de la muestra tiene una explicación perfectamente lógica que no involucra nada sobrenatural, aunque la eficacia simbólica puede ayudar. Mi interés es reflexionar sobre el alcance y la pertinencia de este recurso en particular. Y de paso contar que siempre hay un trabajo por hacer, y que muchas veces lo hace otro sin que nos enteremos, y nos quedamos tan tranquilos... El que no estaba tranquilo era mi paciente, claro. Además, me resultó injusto para él, porque venía hacía semanas arrastrando uno de esos síndromes que cualquier profesional