Diga despierto lo que le pasa
La complejidad del sistema de salud hace que ocupemos una porción asombrosa de tiempo simplemente escribiendo. No está mal escribir, lo que está mal es que el motivo de escribir sea casi siempre la necesidad de justificar y hacer valer el trabajo. En la medida en que financiación de la práctica se terceriza, ya sea en un seguro, en un sistema de socorros mutuos o en el mismo estado, crece la exigencia de certificar no sólo la realidad material del trabajo, sino también que no se presten servicios innecesarios. Nadie quiere pagar los caprichos ajenos, es obvio. Y hay un punto en que más acciones no brindan más salud, pero no es fácil determinarlo. Al mismo tiempo que es una medida que varía para cada uno, no se puede dejar sin peligro que sea la demanda la que decida hasta qué punto se atiende. El peligro es que los recursos se agoten y se queden todos sin salud. El otro peligro es que no se controle, y donde no se controla, donde circula plata sin control, se juntan todos los ladrones....