La creatividad
De esto hace casi veinte años. Once de la noche, llamada al celular de número desconocido. Ignoro la llamada y vuelve a sonar. Como no atiendo, llega mensaje de texto, con la palabra "urgente" y el nombre de un paciente internado en la institución donde trabajaba entonces. Un poco fastidiado y un poco preocupado, uno atiende porque sabe que es el mal menor. Alguien convencido de que te tiene que transmitir algo urgente va a insistir y cada vez te vas a tener que preguntar a qué te arriesgas si elegís no enterarte. Una mujer desconocida me espeta con tono de alarma que al mismo tiempo imposta autodominio para infundirse autoridad, pero que sólo genera deseos de evadirse: "soy fulana de tal, soy la psicóloga de fulanito". Con lo que me quedo de de una pieza, porque el psicólogo que atiende a fulanito soy yo. Me aclara "Soy la psicóloga del Hogar XX, me llamó la mamá de fulanito me preocupada porque en la institución dicen que fulanito prendió fuego un colchón. Es...