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Mostrando entradas de junio, 2021

Cortar por lo sano

Entre las manifestaciones de los paciente graves está eso de hacerse cortes. Las opiniones de la gente común están divididas: en general opinan que es de esas cosas "para llamar la atención", incluso están los opinadores que reproducen ese mito urbano de que los que se quieren matar se cortan a lo largo y los que se cortan en sentido transversal es de mentira. Por otro lado cuando alguien querido se hace tajos en un brazo la mayoría se alarma y se preocupa en proporción. El sentido común no acepta que el individuo actúe contra sí mismo, ni que alguien busque el dolor. Pero como dice la canción "ha de haber gente para todo". Nunca se repite lo suficiente que una conducta por sí misma no indica una causa. De hecho, una conducta no es todavía un síntoma. Tal persona se pasa una gillete, y uno piensa que sólo estando mal puede ser que haga eso. Pero quién sabe, capaz es una de esos dolores que gustan. Capaz esa persona quiere que le duela, o no, pero lo soporta. Puede q

Con basura no se puede hacer oro

Las profesiones de salud tienen una relación de pasión con lo disfuncional. Casi me tienta creer que cualquiera que tenga otro tipo de actitud termina en una relación perversa de explotación con sus pacientes o con su equipo. Cada tanto nos agarra como una desesperación ontológica: cómo vamos a hacer que ande un proyecto que se apoya fundamentalmente en la colaboración de quienes no se pueden sostener a si mismos... Si simplemente uno acepta una posición autoritaria ("paternalista", "asistencialista"...) todo es por lo menos imaginable: las propuestas perversas se caracterizan por su eficacia. Ven, ya estoy a un paso de hacer una apología de los proyectos fallados. Ni todo lo que no es perverso tiene que ser mediocre, ni todas las perversiones son sublimes, eso es sólo un mito más. Un paciente internado tiene que irse de alta de la clínica: un familiar tiene que estar allí por un tema de responsabilidad legal. El alta se conversa durante toda la semana pasada. Llega

Cada lechón en su teta

Una vez me dijo un médico clínico: "Los especialistas son mis subalternos, el médico de cabecera son yo y el paciente es mi paciente. Yo les indico que hagan tal o cual estudio, que me informen el estado del paciente y con esa información yo dirijo el tratamiento". También podría haber agregado "Todos los médicos clínicos piensan así, pero yo soy el único que lo dice en voz alta". No será el único pero no sería raro que muchos piensen así. Puede que suene exagerado, pero lo cierto es que en general siempre conviene que haya un médico de cabecera con una visión integral de la salud del paciente para que éste pueda tomar decisiones estratégicas respecto del cuidado de su salud. Planteado así, está muy lejos de ocupar un lugar de jefatura, asi que la soberbia debería correr por cuenta del individuo. Del individuo y de la estructura corporativa de los sistemas de salud, que hacen de los pacientes una mercadería, de los actos médicos un ejercicio de poder cotidiano. Por

La fiel angustia

Lacan tiró una frase ingeniosa y sesenta años después tenemos que seguir remando contra los equívocos del romanticismo de la angustia. Para no echarle todas las culpas a la escuela francesa del psicoanálisis, recordemos que desde hacía mucho se hablaba de la angustia como uno de los síntomas principales, y en muchos textos se perfila como una especia de síntoma universal, el síntoma que está en el fondo de todos los demás síntomas, síntoma primario, síntoma universal, metasíntoma, etc. Si uno dice que el síntoma del siglo veinte fué la angustia, queda como un duque en cualquier parte. Total es indemostrable. Nadie va a hacer la estadística de los motivos de consulta y las quejas de los pacientes de salud mental (hola DSM), y si acaso sucediera, como la angustia es el contenido oculto de todos los otros síntomas, queda claro que la discusión está saldada de antemano. Por el contrario, la línea que sigue Freud en "Inhibición, sintoma y angustia" termina conduciendo al angustia

El padre perverso

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Todo el mundo tiene un padre perverso. A tal punto que en los test proyectivos la imagen del padre siempre es la de un monstruo. Nosotros nos complacemos en esto porque es como un secreto horrible que uno guarda sobre los demás. Algunos incluso se divierten tirando alusiones sueltas, sobreentendidos, ya sea sobre las fantasías neuróticas o sobre la mitología. Es obvio que la mayoría de la gente no leyó "Tótem y tabú" de Freud ni "Los mitos griegos" de Graves, ni cosas de antropología y mucho menos Lacan. La cosa es sencilla, el ser humano no nace con la capacidad de representarse objetos complejos, ni siquiera con la capacidad de representarse objetos en ausencia. De hecho, la misma noción de la "constancia" es adquirida. Nosotros sabemos que si las llaves se pierden, es porque no las buscamos. Pero un bebé no. De hecho ni siquiera necesita creer que la teta de ahora es la misma que la de hace un rato. Con esta falta de integración, las imágenes de las cos

El carro adelante del caballo

Quisiera hacer una costumbre de encarar los problemas al revés de como se presentan. Es lo que también se llama mirar las cosas desde otra perspectiva. Algo que dicho en abstracto parece estúpido, pero en concreto consiste en dar vuelta las cosas, o caminar alrededor. Es el secreto del insight de los terapeutas: vemos los problemas ajenos desde afuera, sin los puntos ciegos que padecen sus protagonistas. También se puede comparar con la situación de quien ve una película, o una obra de teatro: puede notar cosas que los personajes no, por estar adentro de la escena. La fortuna nuestra es que la mayor parte del tiempo la gente se complica con cuestiones bastante simples, pero vistas por el lado difícil. Son momentos en que lo único que nos separa de cualquier manosanta es que en lugar de darle la solución, tratamos de que el paciente aprenda a pensar desde afuera de sí mismo. Un joven universitario está trabajando lejos del centro, vive en un departamento que los padres alquilan para él

Escalas de valores

Muchas ideas son lindas en el papel pero desastrosas en la puesta en práctica. Ejemplos: el anarquismo, el brexit, los casamientos temáticos o las precuelas de Star Wars. Lo curioso es que algunas de estas ideas nunca se abandonan. La idea más rotundamente infructuosa y sin embargo persistente es la idea del castigo. La idea de que la retribución funciona como corrección, o como motivación para ordenar la conducta de la gente es más delirante que las religiones, acaso más vieja. Tampoco se puede hablar con un mínimo de respeto por la lógica de que los castigos tengan algo que ver con un supuesto balance de las cosas: entropía mediante. Como terapeuta se llega a conocer que actúan bien y personas que actúan mal. Es decir, por un lado hay una escala ininterrumpida de acuerdo a la proporción de cosas malas que hace la gente, por otro lado hay seres que tienen una compulsión de hacer daño, y por más que traten siempre se las arreglan para joder. Respecto de los castigos, se puede afirmar q

Hijo e' tigre

No pasa una semana sin que me entere de un caso en que un trastorno psiquiátrico nunca fué diagnosticado por culpa de prejuicios y falta de conocimiento. Es sabido que si tu piel es oscura, tenés retraso mental o esquizofrenia, si es clara, tenés ADDH, Asperger, TOC o ataque de pánico. O sea que si tenés más apariencia de caucásico que de criollo, es muy probable que en lugar de consultar un psiquiatra te atienda un neurólogo. Los neurólogos tendrán muchos aparatos y neuroimágenes, pero de salud mental no suelen saber mucho. Me consultaron por el caso de una mujer con "déficit cognitivo". Cuando pido detalles, porque con esa descripción puede ser cualquier cosa desde retraso mental hasta demencia vascular, me detallan una serie de diagnósticos a razón de uno por síntoma: ansiedad, verborragia, depresión, falta de concentración, etc. Mi opinión fué que esperemos a descartar un trastorno del humor, porque todo lo que me contaron se explicaba mucho mejor por un cuadro de manía,

Muerto el perro...

¿Por qué los humanos nos sentimos tristes cuando se muere un perro? Esta pregunta que parece genérica fué pronunciada hoy con un sentido muy específico. Sentir pena por los bichos no es algo de milennial, ni de sensibilidad burguesa. Los que creen eso son los que imaginan un pasado de brutalidad idealizada porque en el fondo son sádicos que deploran las limitaciones que exige la vida en sociedad. Es un grupo que habría que poner en paralelo con el de quienes pregonan la decadencia actual justamente por la degeneración de la cultura. Parecen opuestos pero no lo son. Mientras los primeros resienten las restricciones de la violencia así como la blandura y la sensibilidad que según ellos las motivan, los segundos también lamentan la sensibilidad contemporánea, por hedonista, pero ponen el énfasis en la degradación moral. Y no es ninguna sorpresa que en algún momento el moralista sueñe con castigos físicos así como el belicista tenga una firme convicción de que la abstinencia sexual es la c

Fracasan al triunfar

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Pacientes depresivos? O sujetos de una realidad penosa. Así como existen esos casos que "fracasan al triunfar", están los que enferman al mejorar. Los primeros son neuróticos a quiene su sentimiento de culpa no les permite alcanzar ciertas satisfacciones en la vida. Cuando llegan a una meta que se habían propuesto durante años, empiezan a tener problemas inexplicables, conflictos inmotivados, pierden el deseo, o sienten demasiados deseos, cometen traspiés cruciales, etc. Pero esto dentro del cuadro de la vida en general. Otra cosa es cuando la mejoría viene exclusivamente respecto del cuadro clínico: puede ser una depresión que remite, un cuadro delirante que se compensa, una postura actuadora que cede. Por una o dos sesiones el trabajo deja de ser la urgencia del malestar agudo, aparecen reflexiones, se escuchan fantasías, sentimientos hacia otros. Sobre todo parece que la esfera de atención dejó de estar reconcentrada en el sí mísmo y por fin se da cuenta de que está rodead

Se acabó la buena onda

En la época del esplendor del psicoanálisis, existía lo que se llamaba "psicoanálisis ortodoxo", y si no eran rusos barbudos con caftanes y mala onda, andaban cerca: en la búsqueda de la neutralidad y la asepsia analítica llegaron a adoptar una pose rígida, seca y distante. A esto habían llegado por tomarse en principio con literalidad la recomendación de Freud de no brindar satisfacciones sustitutivas al amor de transferencia de las pacientes. Hoy sabemos que aunque no lo escribió, tuvo que poner en vereda a varios de sus colegas que se acostaban con las pacientes, y ya sabía por la experiencia de otros mayores que hacerse el galante con demostraciones atenuadas tampoco tenía buen destino.  Aclaro que en esto los argumentos de Freud nunca pasan por la cuestión moral, sino por el objetivo terapéutico. Acostarse con las pacientes es ir en contra de la misión de curar. De ahí pasaron a que como  cualquier muestra de familiaridad podía llegar a ser interpretada por los pacientes

Si hay locura que no se note.

Así como la teoría psicoanalítica entiende la producción delirante como la parte más saludable de la psicosis, pasa algo parecido con otros cuadros y síntomas: lo que más ruido hace puede ser lo que menos nos preocupa. Y esto ya no es una cuestión del psicoanálisis sino que parece ser algo que se extiende a lo psiquiátrico y lo neurológico. Hoy se dió justo la oportunidad de comparar dos evoluciones que contrastaban por esto mismo. Un psiquiatra me consulta por un paciente con diagnóstico de depresión. Tenemos una sospecha de deterioro orgánico, de hecho se pidió una RMN para descartar que tuviera algo grave como un tumor, porque el cuadro se había agravado de golpe, después de un tiempo se estabilizó.. y hasta ahí. La consulta es justamente porque el paciente no "evoluciona": está sin cambios desde que pasó la crisis, y aunque ya no quiere matarse ni arranca a las puteadas contra toda la familia. Pero se quedó ahí, no cambió más, y justamente con el plan de medicación que ti