Para buscar trabajo

Por qué será que muchos de mis pacientes andan corriendo la coneja, misterio. Ni que hubiera una pandemia. Como la gente tiene que seguir viviendo, tratan de rebuscárselas como sea. Con o sin pandemia salen a buscar trabajo, que lo hay más o menos, mejor o peor (casi siempre peor). Lo primero que les digo a todos (ya soy esos viejos que se repiten) es que "cuando no tenés trabajo, tu trabajo es buscar trabajo".
También soy de recordarles que nadie necesita trabajar, sino tener una fuente de ingresos. Como sea que lo encaren, es un proceso largo, incierto, frustrante, estresante. Así que lo que más se hace es contención, pero también hay que cuidar al paciente de caer en lugares de maltrato, de sabotearse.
Es muy difícil en este mundo separar el valor de una persona de la cantidad de dinero que gana. Para los que buscan trabajo, esto es recibir muchas veces la respuesta de que no valen nada, que es otro el que vale.
Frente a eso, hay un trabajo esencial y algunos recursos. El trabajo esencial es individual, íntimo y casi intransferible: pasa por interpelar con cada uno los puntos clave en que se apoya la imagen que tienen de sí mismos, para que se desate un poco de los imaginarios de éxito, lo que por otro lado es la única forma de que tengan éxito en sus objetivos reales. El trabajo esencial a veces también pasa por encontrar a esos objetivos una definición verdadera, para eso hay que romper la corteza de obviedades que se resumen en la frase "buscar trabajo".
Los recursos son genéricos, transmisibles, mejorables, inventables. Son herramientas simbólicas que se van acumulando y circulan formando una sucultura de la búsqueda laboral.
Ahí también hay que hacer una depuración. Hay mucho material aportado por selectores de personal, que no de dan herramientas para ayudarte en la búsqueda, sino para ayudarlos a ellos. 
Prefiero al selector de personal que dice abiertamente "pongan el último trabajo al principio así me toma menos tiempo encontrarlo", porque te está avisando que quiere que le hagas la vida más fácil, así es un asunto tuyo qué hacés al respecto. Nada que ver con esas consultoras que publican boludeces para venderte mejor.
Hay cosas prácticas como las que mencioné en otro post, como no girar la hoja en los test gráficos, etc.
También es muy útil encarar las cosas de cierta manera. Por ejemplo: para saber qué tan selectivo ser, no hay que entrar en planteos existenciales, hay que saber cuánto se puede tirar con los ahorros y marcar el punto donde se empieza a agarrar cualquier cosa. Eso incluye entender que resignarse al primer trabajo que salga no implica resignar objetivos sino todo lo contrario, sobrevivir es un medio para alcanzar esos objetivos.
Pensar todo el proceso como parte de un camino más largo también sirve mucho, sobre todo para sobrellevar cada una de las postulaciones fallidas.
Una cosa muy importante es lo que yo llamo "delegar la selección": porque para volverse más eficiente en las entrevistas, uno tiende a interiorizar, hacer propios los criterios supuestos y adoptarlos como reglas. Eso lleva en primer lugar a muchos malentendidos: no sabemos realmente qué busca el otro, a veces busca un primo y uno desperdicia tiempo. Como dice el Viejo Vizcacha "dejá que caliente el horno el dueño del amasijo" (vale para el trabajo en relación de dependencia). El que invierte, apuesta y se lleva las ganancias es el patrón, así que el trabajo de elegir es suyo. No tiene sentido que uno se haga cargo de eso: si no te eligen, el trabajo no era para vos, querían otra cosa. Es una gambeta, porque se trata de hacer que esa elección ajena se vea como una elección singular, la elección de un extraño.
Volviendo a los que se ven en la situación de aceptar el primer trabajo que les ofrezcan, también hace falta reforzar mucho la actitud de que si surge un trabajo mejor, se cambia y listo. Nadie está obligado a sostener una situación desventajosa en una relación asimétrica.
    

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cómo hacer mierda todo con palabras

Los garcas

Canapé de mondongo (1)