No es droga todo lo que consumes III

Cada vez que alguien me dice que no tiene problemas con una droga, que consume ocasionalmente o que tiene el consumo bajo control, sospecho que en realidad tiene una dependencia. Hasta ahora nunca me equivoqué. Es más probable que se me pase detectar una dependencia que diagnosticar de más.
Y es muy raro porque me consta que existen consumidores ocasionales de absolutamente cualquier droga, personas que prueban, asimilan y no se quedan pegadas. Y no hablo de los adictos asimilados que sostienen un consumo constante sin tener complicaciones por muchos años simplemente porque la plata les alcanza, o porque las costumbres invisibilizan el consumo, como para con los que se toman un vino en cada comida. 
Y también hay montones de personas adictas al cigarrillo, que no pega pero te mata lentamente.
A esta altura ya es una vergüenza que exista la definición entre drogas duras y drogas blandas. El alcohol es una droga durísima, los mitos sobre Dionisio lo atestiguan. Pero como está ligado a una industria asimilada, bueno, es un consumo cultural. 
Pero no quiero gastar renglones en convencer a nadie de lo poco que vale el tipo de substancia para determinar las probabilidades de que alguien se vuelva adicto. 
La pregunta es por qué para algunos la vuelta del consumo cierra, con cierta adaptación para soportar los efectos secundarios de intoxicación, como una experiencia satisfactoria de la que se vuelve a la vida cotidiana en el instituidísimo ciclo de ocio y trabajo. Para otros en cambio es algo que no puede dejar y por lo que sistemáticamente deja deteriorarse diversos aspectos de su vida.
El cuadro del adicto preso del ciclo de abstinencia-craving-consumo, etc. es propio de sujetos ya muy deteriorados, "frontalizados", como se llama a quienes ya tienen un déficit en funciones básicas como el control de impulsos. No hace falta llegar a eso para ser un adicto hecho y derecho. A poco que uno empieza a escuchar y entender qué les pasa a las personas con "consumos problemáticos" se da cuenta de que hay muchos "usos" posibles para las drogas, que pueden volverse compulsivos.
Que la gente no acierta mucho acerca de sus propios motivos es cosa trivial, no es exclusiva de la adicción, sino de la relación que tenemos con nuestros impulsos: relación de mala fe por excelencia. Así que uno como profesional nunca se puede quedar con que el paciente diga "tenía ganas", o "necesitaba relajarme". Tampoco pensamos que evadir la emergencia de recuerdos de una trágica infancia, o de un accidente traumático.
Hay un grupo muy grande de pacientes que tienen consigo mismos una relación de control, se controlan a través de la droga, regulan sus emociones y sus ritmos, a la vez controlan la droga, por eso rechazan ir al psiquiatra, que es como dejar entrar a un policía a controlar tus emociones y tus ritmos. Un adicto así, podría cambiar de droga o dejarla si encuentra un método equivalente. Es una cuestión de suerte. Ahí nuestro trabajo es tratar de que sostengan la búsqueda.
Hay otro grupo que son personas muy vulnerables, al borde de la debilidad mental, que aprendieron a consumir y lo repiten porque es de las pocas cosas que les salen. Son los mismos que cuando los padres los llevan a debutar con prostitutas para que dejen de hacerse la paja, quieren volver y volver. Sólo para este grupo de casos podría ser admisible la idea de una "adicción al sexo". No es tampoco adicción, como no es de adicción la relación que tienen con la droga. 
Le Poulichet dice en su libro que en las "toxicomanías" encuentra como una falta de capacidad para soñar, para sostener el deseo en la cadena de significantes, algo así. Es lamentable que al tratar pacientes que ya consumen nos cuesta distinguir condiciones previas de efectos del consumo... Pero puede ser que esta sea la forma menos "adictiva" en realidad de consumo: los que sostienen la fantasía con una "ayudita" química, lo que se acerca a la función de las drogas como "quitapenas" inevitables en la civilización.
Por supuesto, como toda conducta humana, puede tener valores simbólicos sociales o individuales, más o menos explícitos. Cuántas personas se drogan porque en el fondo, así se ven amados ¿Son adictos al amor?

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