Si se puede

¿Eso es impotencia... o imposibilidad?
Los lacanianos son muy de alardear de dejar a los pacientes pataleando con preguntas imposibles.
Entiendo el objetivo técnico y también conozco el placer específico que induce hacer esas intervenciones (en terapia, como docente no se me da).
Además es algo muy sencillo, se ejercita como cualquier competencia lingüística, como cualquier talento -los talentos de ejercitan y la existencia de individuos que se escapan de la muestra tiene una explicación perfectamente lógica que no involucra nada sobrenatural, aunque la eficacia simbólica puede ayudar.
Mi interés es reflexionar sobre el alcance y la pertinencia de este recurso en particular. Y de paso contar que siempre hay un trabajo por hacer, y que muchas veces lo hace otro sin que nos enteremos, y nos quedamos tan tranquilos...
El que no estaba tranquilo era mi paciente, claro. Además, me resultó injusto para él, porque venía hacía semanas arrastrando uno de esos síndromes que cualquier profesional responsable manda a chequear "para descartar algo orgánico" donde ese algo podría ser sencillamente un tumor cerebral.
La interpelación de marras no vino esta vez de un analista de la escuela francesa, sino de una médica, que por lo demás resultó efectiva en diagnosticar y resolver el "algo orgánico".
Qué hice: en primer lugar, como sostengo respecto de mis propias intervenciones, el texto mismo nunca da cuenta de los efectos que causa. No existe un poder oculto en los símbolos (una ilusión de la cual el psicoanálisis está pagando la culpa de haber sostenido). Si el tipo se quedó una semana dando vueltas con esto es porque lo toca.
En segundo lugar, IMPOTENCIA: está claro que a un cincuentón que lleva tres semanas sin poder levantarse casi, preguntarle si se le para es un poco mucho, así que no vamos a ir por ahi.
Vamos a ir por la tangente. Es decir, vamos a responder la pregunta directamente. Lo que constituye un rodeo.
Hicimos un recorrido por la diferencia entre los dos conceptos.
Imposibilidad es que algo no se puede, impotencia es que no se puede lo que se debe (cuando no se puede lo que se quiere es frustración).
Estas cosas no son necesarias, las definiciones de términos son convenciones, peor las convenciones están para eso, para calmar las cosas, mientras que los juicios siempre son frustrantes.
¿Por qué un sujeto siente impotencia ante un imposible?
Nos acostumbramos a suponer que se puede, que si algo no sale es un problema propio. Incluso se usa como estrategia de motivación, al estilo de la reminiscencia platónica: como la protagonista del Código Da Vinci, para resolver un acertijo se dice a sí misma "recuerda". Quiero creer que ninguno de ustedes cometa la estupidez de creer que es una buena idea enseñarles eso a los chicos.
En realidad, ya lo hacemos sin darnos cuenta, porque nuestra madurez siempre nos hace dar por obvias cosas que para ellos son misterios insondables, porque sus mentes en desarrollo todavía no tienen los suficientes tablones para hacer un puente desde la premisa a la conclusión, o porque no tienen suficientes clavos para sostener las ideas en su lugar.
Por ejemplo cuando se pierde algo. Uno busca y busca, porque a pesar de que estamos ciegos y no vemos lo que tenemos delante de los ojos, estamos seguros de que la cosa está en algún lado. Hace poco me acordaba de Piaget y ahora me vuelvo a acordar de cómo le cambiaba las cosas de lugar a su propio hijo: el pibe encontraba la pelota abajo del sillón, el viejo choto iba y la escondía atrás del aparador.
Con razón le salió psicótico.
Cuando somos chicos no tenemos la certeza de la "constancia del objeto": cuando algo deja de estar a la vista durante un rato, es que ya no existe más. 
Pero los grandes nos dicen que las cosas están, los grandes hacen aparecer el pescadito que se fué por el inodoro.
Después crecemos, y además de entender que las cosas están ahí aunque no las veamos, también asumimos que cuando no entendemos es porque no estamos pensando con suficiente fuerza.

La certeza de que se puede interpreta lo imposible como un "por qué no puedo". La impotencia siempre se pronuncia en primera persona.

Al contrario, qué sanador es saber que no se puede. Deprimente, pero sanador (otro día la sigo con esto de que cada patología es una forma "maligna" de un recurso esencialmente adaptativo).
Uno va notando que las personas de adaptan a lo que es posible sin mucho daño, por lo menos sin daño extra. Pero siempre se trata de adaptarse a algo que se conoce: a lo que no se sabe nadie se adapta.
A mi paciente le propuse reconocer, reconocerse en la experiencia de haber esperado sin saber, haber buscado una solución que no era cierta, y rescatar esa posibilidad como algo repetible, asumirlo como una capacidad propia y no como algo que simplemente "le pasó". Creo que con eso puede ir bien.

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