Repetir cien veces

No hay forma de hacer salud si no se trabaja en equipo. Es tan obvio que nadie se da cuenta de que ni bien lo pronuncia o lo piensa, en un ricón de la mente se le forma la idea de que "bueno, pero para x problema no hace falta tanta complicación".
Cierto que si uno mira la cantidad de consultas que nunca pasan de las consultas individuales, el sinónimo entre salud mental e ir al psicólogo se hace solito.
Lo malo de quedarse con esta idea es que se convierte en la excusa para crear una porción de terapeutas que solamente se van a quedar aspirando a ese tipo de práctica. Y muchos de estos son los que además escriben mejor. Y como son honestos escriben de lo que conocen: conocen lo que anda casi solo.
No conocen de gente muy trastornada como para cumplir un horario, no conocen de personas incapaces de aplazar la satisfacción, no conocen de personas mentalmente enteras expuestas a los efectos de enfermedades crónicas incapacitantes, no conocen de personas rechifladas que no tienen forma de explicar que además tienen algún órgano afectado.
Como me dijo una vez un buen médico "de Leonardis, si pretendés atender solamente gente sana te vas a cagar de hambre".
No es solamente que los psi necesitemos acudir a la pata orgánica de vez en cuando. Los médicos clínicos también necesitan nuestra ayuda.
¿Acaso los locos no se enferman?¿Como se lleva adelante el diagnóstico y tratamiento de un paciente que por su personalidad, su estado o condición no es un dócil burgués como nosotros?
Cuando un loco requiere ayuda médica pasa casi siempre alguna de estas cosas:
-No pide ayuda, porque no registra lo que le pasa, o no lo ubica en el campo médico.
-Trata de pedir ayuda y no lo hace bien. Hasta para sacar turno hay que acomodarse a ciertas convenciones.
-Consigue que lo atiendan y como es loco no lo revisan.
-Lo atienden pero no cumple con las indicaciones porque están pensadas para pacientes que colaboran o tienen familiares. 
-Lo atienden pero su distorsión de las relaciones de objeto hace que se enoje con el médico y no reciba tratamiento.
-Lo atienden, recibe tratamiento pero es tan molesto que el personal lo maltrata para tratar de disciplinarlo.
-Lo atienden, reconocen que la locura es un problema aparte pero tienen que pedir una interconsulta que depende de otra organización.
-Lo atienden, se realiza interconsulta pero el tratamiento específico requiere de traslado a otro establecimiento, que a su vez no se puede efectuar hasta que no se compense el cuadro orgánico con un tratamiento que es impracticable porque el paciente está loco.
Cuando se llega a esta situación, no queda otra que ponerse de acuerdo con la Ley de Salud Mental que dispone la unificación de los servicios. 
Son esos momentos los que nos hacer creer que nunca puede haber demasiada unificación de servicios (sí puede).
Lastima que la Ley se haya enfocado más en limitar y reducir los servicios "monovalentes" que en diversificar e integrar. 
Como siempre pasa, las leyes sólo sirven para que nadie quede satisfecho.

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