Nos tratan como un pedazo de carne

Señora llama al call center, pide un psiquiatra para su hija. Pide un psiquiatra que atiende en forma presencial. Le contestamos que sólo se atienden de manera resencial las urgencias, y en la guardia de la clínica.
Llama de nuevo, que su hija necesita un psiquiatra que la atienda en persona. De nuevo le decimos que no hay: sólo guardia y urgencias en domicilio. Que no quiere ir a la guardia, que cómo puede ser que el dentista atienda en el consultorio y el psiquiatra no.
¿Hay que explicar?
Y, sí, porque el usuario no es amo del servicio.
¿Por qué el odontólogo trabaja en persona? Porque no le queda otra. Si pudiera atenderte con un dron, estoy seguro que el dentista no se acercaría a menos de dos metros de la boca de un extraño.
-Pero el psiquiatra necesita ver al paciente
-Tenés la cámara. 
-La cámara no muestra todo.
-Una entrevista de una hora al mes tampoco muestra gran cosa.
Lo cierto es que las cosas que puede "ver"un psiquiatra en el consultorio, más allá de lo que informe el paciente son signos casi de orden neurológico, y conductas que ya el paciente no puede disimular. Todo eso que entra en el nivel de gravedad que amerita un tratamiento más complejo que el ambulatorio: hospital de día, acompañamiento terapéutico, internación...
En esos dispositivos la presencia sí que juega un papel, porque se trabaja con sujetos que por su estado o su condición no pueden regular su conducta desde un acuerdo verbal.
Recalco en que no pueden, porque cuando no quieren tampoco sirve la presencia: ya se necesita el uso de la fuerza.
Pero a un pibe con déficit de atención, el cuerpo de la Terapista Ocupacional le atrae lo suficiente como para mantenerse enfocado en pasarse una hora entera ensartando mostacillas. Y aunque parezca una boludez, así como ustedes o sus hijos con una hora diaria de gimnasio pasan de ser un espantapájaros a tener un cuerpo digno de posar en Instagram, ese pibe adquiere la capacidad de pegar el culo a la silla una hora seguida. Sin esas pequeñas capacidades no se puede terminar el secundario ni tener un trabajo honesto legal.
Era un ejemplo. Y valga recordar que no sólo la palabra se transmite por el teléfono, sino también la voz, que es una parte del cuerpo mucho más que la imagen.
Ya está explicado, pero no me hago ilusiones: todos eso argumentos son chamuyo para justificar que la gente esta cansada de no poder encontrarse con sus doctores, doctoras, etcétera.
¿Qué es lo que quieren, tocarnos, que los toquemos, un abrazo?
La pesadilla de todo terapeuta: la horda iracunda de los pacientes pasados que llama a la puerta fuera de turno para reclamar ese tipo de atención que nos repugna dar, porque si nos dedicamos a la salud mental es justamente para no tener que tocarlos.


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