Comunidades Terapéuticas y no tanto.

Cuando escribía ayer sobre la gente que se hace cortes, mencioné la pertenencia a comunidades imaginarias, y me pareció bien sugerir que ese es un rasgo común a todas. Después me quedé pensando en eso porque precisamente la mayor cantidad de brazos tajeados los he visto trabajando en una Comunidad Terapéutica, que es un lugar para tratamiento principalmente de adicciones, aunque también otros problemas. Muchos de los pibes y las pibas venían ("bajaban") de Institutos correccionales, a donde llegaban por pequeños delitos, y de donde trataban de salir alegando haber robado impulsados por la abstinencia de drogas, o bajo los efectos de las mismas.
Poco de todo el trabajo tenía que ver con el consumo. Mucho con aprender a convivir, asumir responsabilidades, y encontrar la forma de tener un proyecto de vida. Una lógica de fierro dice que si no tenés nada que perder, no temés perder en nada. 
Los tumberos se cortaban para que haya que llevarlos al hospital a hacer sutura. Eso mantenía ocupado al equipo y distraía lo suficiente como para que alguno se fugue, o para conseguir que alguien de afuera les pase pastillas. Las tumberas se cortaban por amor, puntualmente por el amor de otras tumberas.
Recordando momentos tan crudos, no tiene tanto sentido hablar de comunidades imaginarias, son comunidades cuyos miembros parecen llevar cada uno de sus problemas a una representación en acto.
De hecho nos decían "No podemos psicoanalizar acá. El psicoanálisis lleva a que el paciente se angustie y resigne goce, pero estos pacientes en lugar de angustiarse pasan al acto y rompen cosas. A lo sumo cuando se van de alta puede que estén en condiciones de demandar un análisis".
Me queda claro que la comunidad tiene un peso real que afecta las condiciones de vida más directas de cada uno. 
Pero también me quedo con un detalle: para que la acción concreta de la realidad tenga un lugar en la determinación, hace falta que esté representada, imaginada. Uso "imaginar", "imaginario" en un sentido amplio, en la medida en que se hace en la psiquis una "imagen" del objeto o concepto. que es lo que se toma en cuenta como dato, pero puede ser tenida en cuenta aun cuando el objeto imaginado está ausente.
Y la prueba es que cuando la realidad está presente pero no imaginada, no causa otro efecto que el mécanico.
Esto se ve cuando alguien está disociado, o realmente retraído de la realidad. En esas condiciones puede pasar que un pibe no se bañe ni aunque lo saquen físicamente de su habitación por apestar a ciruja meado. La intimidación, el dolor físico, la fuerza bruta, se agotan ahí, no se convierten en motivos para alguien que no los imagina.

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