A cada santo una vela

En algún lugar de la ciudad anda recorriendo servicios de salud un tipo con ambas piernas amputadas. Hasta ahí nada llamativo: hombre de más de cincuenta, diabético y fumador, una uña encarnada puede derivar rápidamente en gangrena. Gracias a los avances de las políticas de salud, este hombre cuenta con prótesis en ambas piernas. Pero acá viene lo curioso: gracias a los retrocesos de las políticas de salud, cada una de las prótesis corre por cuenta de una organización diferente.
La historia dice que primero perdió una pierna tras un accidente camino al trabajo. Eso en Argentina se llama accidente de trabajo "in itinere", es decir que la persona se lastimó por ir a trabajar, así que los empleadores son responsables. Pero como esa responsabilidad se cubre con un seguro especial, la asistencia para los accidentes de trabajo la brindan unas empresas llamadas ART (Aseguradoras de Riesgos de Trabajo), que contratan sus propios proveedores. Tiempo después este señor tuvo un problema de circulación y perdió la otra pierna, pero esta vez la operación y la prótesis la provee la Obra Social, un seguro de salud solidario propio de cada gremio laboral.
Como dice la canción, "el montaje final es muy curioso": una prótesis que retirar, ajustar y reparar en una casa de otropedia, y la otra en otro lado. Cuando le cambian una, tiene que ir al otro boliche a que le ajusten la otra para seguir caminando derecho, porque el proveedor de la ART no se mete con la prótesis de la Obra Social, y viceversa.
Tal vez con un ejemplo así de bruto se noto el problema que es la fragmentación de la atención, que con la tercerización de los servicios se potencia muchísimo.
Brindar asistencia a través de una red de profesionales independientes tiene una ventaja en particular: la gente no tiene que juntarse en un solo lugar, que pronto se queda sin turnos de atención, no tiene que hacer lista de espera, pueden empezar a tratarse cuando tienen el problema, y no cuatro meses más tarde.
Todas las coberturas se espantan con los números de atención en salud mental ¡son muchas consultas! y claro, cualquier psicoterapia son cuatro o cinco por mes por cada paciente, en casos graves una o dos consultas de control con un psiquiatra, entrevistas familiares ¡Focalicemos, que acorten las terapias! Les parece mucho gasto, y con una red que admite rápido a los pacientes, que van más a terapia porque además les queda cerca, aumentan las consultas "ambulatorias".
El gasto: todas las consultas ambulatorias representan un octavo del gasto total en internaciones.
Con lo que se paga el psicólogo y el psiquiatra de un mes en un tratamiento ambulatorio no se paga ni un día de internación para un paciente que se descompensó y tiene que pasar unas semanas en una clínica.
Las cosas favorables de las redes descentralizadas. Pero no exageremos. Algunas coberturas piensan que se puede poner un huevo en cada canasta, y contratan psiquiatras por un lado, psicólogos por otro, equipos interdisciplinarios para los casos especiales.
Sobre los equipos ad hoc: para algunos problemas muy específicos no queda otra que recurrir a centros que tienen los profesionales y la experiencia en el tema. Y digo "no queda otra" porque para la mayoría de la gente esos centros quedan lejos, conque los tratamientos les quitan muchas horas por los traslados constantes.
Algún día habría que hacer la estadística de las "horas de vida perdidas por viajar a terapia", creo que nos sorprenderíamos.
También la libertad de elección lleva a veces a que algunos pacientes, o sus madres, prefieran tener un terapeuta o un psiquiatra particular, porque le tienen confianza, porque les cae mejor, porque es mejor.
Pero la falta de conexión es un tema serio: desde pacientes o familiares que dicen cosas distintas en distintos momentos, mienten (son pacientes de salud mental, tienen trastornos ¿qué esperan, que actúen como gente sana?), profesionales que pueden estar trabajando con horizontes diferentes, con diagnósticos diferentes.
Se puede trabajar con profesionales dispersos siempre y cuando haya alguien que haga conexión entre ellos. No hace falta para eso un medico de cabecera: es un rol distinto, alguien que haga de guía o de orientador. Pero tiene que poder seguir el recorrido del paciente por los dispositivos de asistencia.
Capaz con un rol así se puede descentralizar el resto, a condición de que los prestadores asuman también que no van a trabajar aislados.a

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