Discutir con psicóticos
Las empresas de comunicación le cerraron la puerta a Donald Trump y sus seguidores, después de tenerlos desparramando intolerancia, discriminación y odio durante años. Por supuesto, el tipo logró lo que se proponía, como todo psicópata bien entrenado: dejó a todo el mundo en falsa escuadra, a todos los pensamientos cayendo en sus contradicciones.
Leímos moderados defendiendo a un extremista, socialistas rebuscando en los principios de la libre empresa, progresistas aplaudiendo a magnates.
Y en el mismo lodo, todos manoseáus.
Esto no es un elogio, ni una crítica a los pensadores.
Hay dos razones para que esto pase una y otra vez:
La primera es que toda filosofía es esencialmente contradictoria, sólo hay que seguir lo suficientemente lejos un hilo cualquiera de especulaciones correctas, para terminar en el lugar opuesto al de partida.
Es como decir que todo el mundo tiene un punto débil, y habiéndolo, tarde o temprano se lo encuentra.
La otra razón del éxito psicopático se refiere a la oportunidad ¿cómo es que siempre nos toma desprevenidos? De hecho, es todo lo contrario: la prevención es sistemática, la transgresión es innovadora.
El transgresor no inventa nada por sí mismo, sino que pasa y repasa las medidas preventivas hasta que encuentra una fisura.
Por supuesto, nuestro voluntarismo omnipotente nos hace reclamar "Cómo no lo vieron venir", sin notar que sólo se mira donde se sabe. Y que hay un talento que consiste en predecir a dónde va el ojo ajeno.
Sacando de la escena al señor Trump ¿qué se hace respecto de sus seguidores?
Los defensores acérrimos de la libertad de expresión, habermasianos de la última hora, te dicen que hay que debatir con el nazismo, derrotar a los terraplanistas con argumentos, convencer a los antivacunas con evidencias científicas.
Para hacerlo sencillo, esos grupos tienen un discurso (que el pensamiento es incomprobable) estructurado como un delirio paranoico.
La estructura consiste en que se parte de una certeza absoluta respecto de la mala intención de un otro individual o colectivo poderoso.
"Los dueños del mundo quieren cojerse a nuestros hijos"
Luego se resignifica progresivamente cualquier suceso como un signo de la realidad de esa certeza:
-Huelga de maestros
"Quieren dejar a los niños a merced de los agentes de los dueños del mundo"
-Inicio de clases
"Quieren reunir a los niños para secuestrarlos y entregarlos a los dueños del mundo"
-X contradice la certeza
"X quiere ocultar la verdad, X es un agente de los dueños del mundo.
En serio ¿de veras esperan discutir con ese tipo de sistema de ideas?
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