No es droga todo lo que consumes V

Por si hace falta una prueba del sesgo que tiene la sociedad a la hora de imaginar las adicciones, observo que se habla de adicción a casi cualquier cosa imaginable, pero nunca se habla de adicción a la literatura.
No cualquier cosa repetitiva es adicción.
Tuve que volver a pensar en estas diferencias por las dudas de un paciente, con hábitos que algunos calificarían de adictivos. El flaco juega mucho en línea, y a veces siente que nada le interesa. Después vuelvo sobre eso.
El juego ¿Se usa para aliviar el malestar o la angustia? Claro, como casi todos los mecanismos de defensa normales.
Parece una pavada, pero no hay que olvidarse que existe algo que se llama una defensa normal, una tendencia a evitar el displacer que, a menos que uno sea un sádico moralista, no hay por qué patologizar.
La ficción, cualquiera que sea, se usa para correrse de la realidad inmediata, de lo presente, de lo concreto.
El refinamiento que alcanzamos en esto es para estar orgullosos como especie. Y el uso que le damos nos ocupa cada vez más. 
Es cierto que quizás lleguemos a hacer verdadero abuso de los medios que tenemos a disposición. Pero esto es una cuestión de grado: no se dice que alguien sea adicto al trastorno obsesivo compulsivo por más que llegue a un nivel incapacitante.
¿Será la clave que sólo son adicciones las cosas que nos gustan? Pero la literatura nos gusta, a algunos nos gusta tanto que podemos pasar días enteros sin hacer otra cosa.
De a poco no van quedando criterios que resistan, y antes de meterse a buscar en la teoría modelos abstractos para reclamar diferencias estructurales, hay que sospechar del corte que hace la moral social calificando algunas cosas (el juego, la bebida, las drogas, el sexo casual) como vicios o flagelos, y otras cosas no.
El caso de la "adicción al trabajo" podría parecer una excepción, pero no lo es: sigue el mismo patrón de usar la patologización como forma laica de condena moral: porque el que desatiende a su familia para trabajar en exceso también es un perjuicio para la sociedad, al menos en la sociedad donde se originó el concepto. Y nunca se vió que un pobre sea tildado de workaholic.
Volviendo a mi paciente, no sé realmente si le puedo aclarar las dudas. Sí creo que se pueden ir descartando cosas. Por ejemplo si la falta de placer en las actividades es generalizada y del mismo nivel, uno puede sospechar que está ante un cuadro de depresión, en las adicciones se nota al contrario una concentración del interés en el objeto de consumo, en perjuicio de los otros.
Esto vale para los consumos de substancias como para el juego compulsivo. Hay un nivel de actividad hiperenfocado con tal de conseguir lo necesario para volver a jugar, a tomar, etc.
Lo que lleva a que hace falta considerar siempre la evolución del caso, la historia y los cambios.
Yo prefiero hablar de adicciones cuando en la relación con un consumo particular se da una especialización progresiva que puede llevar a una seudo exclusividad. Porque el adicto no es bobo, y si no tiene lo que le gusta, busca un sustituto, pero sigue prefiriendo lo de siempre.
Ahí va una diferencia con las condiciones fetichistas, que se dan desde un primer momento, o se descubren de golpe.
Además de la historia, hay que comparar la relación de la persona con el consumo "problemático" con la relación a otros objetos de interés, sus vínculos, etc. Por ejemplo si todos van en aumento exponencial, hay abuso de substancias, múltiples relaciones casuales, proliferan los proyectos quiméricos, uno empieza a preguntar por los patrones de sueño, la irritabilidad, antecedentes, y al poco rato está seguramente confirmando un episodio hipomaníaco.
Que en la adicción se encuentre un intento del sujeto de hacer suplencia de la terceridad en la regulación de su propio cuerpo (no es mío esto, eh) es un hallazgo, que no autoriza a señalar esa posición como determinante, ni como signo distintivo.
Hay que ir a buscar a otro lado.
Y no hablo de la neurología: los fenómenos de tolerancia, sensibilización, abstinencia y dependencia a nivel orgánicos son uno entre otros de los problemas que enfrenta quien hace abuso de substancias, sea adicto o no. 

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