Hijos del culo

¿Ya se olvidaron del asunto de las familias ensambladas?¿Era una oferta sólo válida para Tierra del Fuego? Para mucha gente no es tema siquiera, hay todo un universo de familias que ya tuvieron hijos y no quieren más, familias que no pasan por divorcios, familias demasiado ocupadas en subsistir como para molestarse por esos detalles.
También hay familias donde los roles están demasiado confusos y no se registran las más elementales relaciones de parentesco. Eso es tema para otro día.
Igual me pregunto si la gente se olvidó de esa moda, porque de vuelta aparecen las dudas de los que salen con alguien con hijos. En general varones: a mis pacientes mujeres es más común que la gente con hijos les resulte irresistible.
Como vienen diciendo hace mucho antropólogos y analistas, la paternidad es un problema, mientras que la maternidad pareciera que no. Basta recordar que sólo ante la bestialidad de los genocidas apropiadores de hijos hicieron falta pericias para determinar la maternidad. 
El drama se lo hacen los varones cuando les gusta una mujer que ya tiene hijos. O cuando se separan y la ex empieza a salir con otro tipo. O cuando los hijos empiezan a salir con otro tipo.
Sería tentador aplicar la solución más obvia: ponerlos a todos en una situación tal que no tengan tiempo de cuestionarse estas cosas. Al margen de que sería necesario hacer una revolución para eso, como me quedaría sin trabajo no voy a apoyar ni promover ese tipo de proyectos...
Lo primero que me cuentan va por el lado de "quiero hijos míos": los que no tienen hijos y esperan de la paternidad una forma de extensión de sí mismo. Si les vienen dudas, es porque registran que tener hijos es pedirle a la mujer algo que no le van a poder compensar, y no están seguros de que ella quiera.
Entonces ahí lo que hay es un tema de amor propio, autoestima como dicen ahora, o narcisismo, lo que está en duda en el fondo es "cuánto me quieren, cuánto me van a querer": "¿me va a querer lo suficiente para darme un hijo, si ya tiene uno para ella?".
Lo segundo que escucho siempre son las referencias al otro, al ex, al padre de la criatura. Un poco desde el prejuicio, siempre hay que ver los defectos del otro, y no me extraña que las mujeres alimenten eso porque suelen apuntalar el frágil ego masculino criticando a sus ex. Pero es inútil, en pleno siglo veintiuno sigue vigente la retórica de la virginidad, sólo que en forma desplazada. Y digo "desplazada" porque no es que se haya modificado el concepto, ni siquiera levemente. La idea de fondo -que la mujer pierde algo cuando coje- se esconde abajo de una gruesa capa de apariencias: no hace falta pensar en eso si uno no se cruza con novios anteriores, recuerdos de sus noviazgos ni otras evidencias de que la mina tuvo una vida antes de conocernos. Claro que con los hijos, ya se imaginan.
También de esa idea depende la creencia de que la mujer (acá es La mujer: la idea que tienen los hombres de una mujer) siempre va a sentir algo especial por el primero, por el que la "desvirgó". Como no quieren saber quién fué el primero, le dan ese papel al que la embarazó antes. Porque embarazarla es la forma suprema de cojerla, en el más falocéntrico y patriarcal de los sentidos.
Por último aparecen las dudas de los hiperanalizados, que tienen cerca algún adepto del psicoanálisis salvaje: si se sienten atraídos por una mujer con hijos están buscando una madre, o tratan de ser padres sin serlo del todo, o temen estar jugando al redentor...
La neurosis de los varones es un embrollo tal que dan ganas de volver a las cosas simples "no seas trolo man" y emborracharse hasta que todo tenga sentido. 
Por otro lado, nosotros ya renunciamos hace rato a las certezas identitarias, porque nunca nos funcionaron y sabemos que eso no tiene arreglo. Pero si nos ponemos a buscarle el sentido último a las dudas y los temores tampoco se llega a nada, es otra forma de neurosis que consiste en poner la vida en suspenso hasta que se encuentre el verdadero deseo. 
Una de las ventajas de las terapias psicoanalíticas es que duran mucho. Eso hace que se llegue a conocer mucho a la gente, y por conocer me refiero a que las tendencias principales no se pueden fingir ni ocultar despues de cierto tiempo. Entonces, en lugar de tratar de jugar al detective del pensamiento, uno simplemente se acuerda de cómo se portó el paciente en distintas situaciones. 
Así, es fácil darse cuenta de que por ejemplo se lleva bien con los chicos, porque en sí conserva una faceta infantil intacta. 
Cuando encuentro esas tendencias que nunca se civilizaron, puedo decirles que eso es algo que no va a cambiar ya, que si se guían por eso, no se van a aburrir, por lo menos. El resto ya es cuestión de no ser demasiado boludo.





Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. "Porque embarazarla es la forma suprema de cojerla, en el más falocéntrico y patriarcal de los "sentidos." 👏👏👏

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Cómo hacer mierda todo con palabras

Los garcas

Canapé de mondongo (1)