El sutil arte de hacerse el boludo
Una ayudita para cuando se crucen con una de esas personas que quieren llamar la atención. Esas que llamamos histéricas, sean hombre o mujeres. De la histeria en el varón sólo voy a decir que es más complicada que en la mujer. Tal vez porque la cultura les dió a aambos un reparto desparejo, la condición viril no se lleva muy bien con hacerse objeto del deseo ajeno. Como sea, no hay que confundirse, hay que guiarse por el saber popular: la persona se hace desear, pera por lo mismo no soporta satisfacer al deseante. No se deja gozar. El problema es que una persona así puede resultar desde halagadora a insoportable. Eso no depende del tipo de personalidad, si no de la capacidad de tolearnacia a la frustración, de inhibición de impulsos y de sublimación que tenga. Una persona capaz de elaborar sus impulsos encuentra sustictucione simbólicas para el deseo sexual, y busca fama, hace chistes, diseña carteles, te invita un asado, toca la guitarra. Una persona que no tiene freno simplemente se