Padre padrone

Es sabido que los padres patológicos causan daños irreparables. Los violentos, los violadores, los adictos, los que manejan borrachos, los jugadores. Más sorprendente es la porción de gente relativamente normal que crece con padres bastante jodidos. La vida en familia hace que por poco sadismo que tenga sin canalizar un individuo, al fina algo les dedica a sus hijos. Por otro lado, hay que andarse con cuidado: sabemos que la imagen del padre que surge de los relatos de los pacientes es muy diferente de la que podemos hacernos de primera mano ¿puede ser que esto sea algo más que la consecuencia de la fachada de "normalidad" que pone la gente ante los exptraños, los psicólogos, o policías? Y al mismo tiempo nos encontramos con que a pesar de las pruebas más fehacientes de tener no ya una personalidad psicopática, sino una aversión hacia su hijo, hija o hijos, los pacientes insisten casi siempre en tratar de reconciliarse.
Respecto de las madres, dice Melanie Klein que a edad muy temprana la imagen materna se disocia en un conjunto de rasgos positivos y otro de rasgos negativos: la madre buena y la madre mala. Esto sería un paso en el desarrollo de todos.
También se puede decir que esos conjuntos de rasgos deben ser tomados del total de las interacciones del bebé, que todavía no puede identificar personas individuales.
Cómo se integra esa memoria primitiva con los recuerdos más complejos de etapas posteriores es un misterio. Para mi que coexisten con interacciones contingentes, sin demasiada estructura. Como mucho, puede que alguna estructura se desarrolle en algún momento y asimile los elementos que alcanza a conectar. No mucho más.
Y con los padres ¿qué pasa? No pasa lo mismo, ciertamente. Una parte de lo que son los padres, en principio, debe ser recordado como parte de las madres, porque así se lo dice la Klein.
A los padres casi todo el mundo les tiene miedo. Los chicos nunca parecen creer que las madres los dañen, y cuando realmente lo hacen, la mayoría se disocia y si hace falta alucina una madre perfecta, incansable e inagotable. Pero el enojo de los padres los pone en un estado de desasosiego, y los gritos los aterrorizan. Y esto con cada padres paparulos que no se explica.
¿Hay forma de diferenciar un padre ogro imaginario de un padre realmente malo?
Tal vez la primer pista es que los padres que maltratan hay que reconstruirlos, es muy raro que lleguen a figurar en el relato sin mediación. Hablo de padres que le dan un cabezazo en la cara a su hija porque la encuentran besándose con un flaco. Padres que estallan de furia y se descargan con todos porque las cosas no les salen como esperan, o porque no tuvieron sexo esa semana, o porque tienen un trastorno psiquiátrico sin tratar. Hay padres de los que termino creyendo que eran verdaderos psicóticos, desde la reconstrucción que se hace en las sesiones con sus hijos relativamente sanos (bueno, vienen a terapia por algo). 
Y a todos y cada uno de esos padres desastrosos, los hijos e hijas vuelven, a veces reclamando que sean normales, a veces comprendiéndolos por no ser normales, a veces hasta indignados porque podrían haber sido normales.
Recuerdo que M. Mead, cuando compara la sociedad norteamericana (años '50) con las comunidades de Samoa, resalta que mientras las colectividades del pacífico seguían patrones de crianza bastante uniformes, que se transmitían estables a través de las generaciones, los norteamericanos vivían todos de manera distinta, pero que dentro de ese aparente caos, todos compartían un modelo ideal de familia al que trataban de aproximarse.
Y con esto de los padres pasa algo parecido, todos esperan en el fondo que tener el papá de Mafalda. Siempre pueden referir que en algún momento empezaron a notar que otros padres eran diferentes, que sus amigos tenían con sus propios padres una relación más normal en este o en otro aspecto. Se entiende que esas comparaciones son imposibles si atrás no está el patrón de normalidad.
En suma, un obstáculo más.


Comentarios

  1. el padre de mafalda era un paparulo. El padre verdaderamente posta es el que hacia el chico de bonanza en la casita en la pradera.

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