La pata floja

Hay una analogía que usamos mucho los psicólogos, porque la trajo algún enseñante de Lacan y quedó. Es la imagen de una mesa con una pata floja. Mientras uno se apoye del lado de las tres patas firmes la mesa se comporta como cualquier mesa, pero si en algún momento te apoyás sobre la esquina de la pata floja, todo se da vuelta y la comida vuela por todos lados. El caos.
Pero la imagen no es tan útil como parece. Es tentadora, pero lo propio de las psicosis no es que se desencadenen cuando se toca un punto imposible en la "estructura". Todos tenemos puntos imposibles, límites desconocidos, y además la vida es impredecible. Y siempre que se supera la capacidad de respuesta, enfermamos. Con suerte tenemos reflejos y hacemos alguna forma de neurosis.
Así que todos tenemos alguna pata floja. Y ni siquiera se trata de que la psicosis sea una estructura rígida que se desordena ante una incongruencia puntual. Eso es una consecuencia de nuestra falta de información: siempre que alguien se enferma de manera visible, lleva un tiempo tratando de atajarse sin que nadie lo note ¿Hacen mal? yo creo que no: a las personas que nos hacen saber todos sus malestares las evitamos y las llamamos demandantes, inmaduras, dependientes, histéricas, etc.
Lo especial de cada "estructura" es la forma en que se desorganiza, y sobre todo, que es lo que en definitiva vemos, cómo trata de organizarse cuando ya perdió el equilibrio.
A mí también me interesa mucho saber qué cosas son imposibles para cada uno, eso me dice mucho de una persona, y es para lo que creo que me consultan: para exponer que no pudieron con algo.
La variedad de cosas que se pueden convertir en "traumáticas" es infinita. Y tampoco creo que haya una regla estricta de correspondencia entre tipos de personalidad y desencadenantes. Las generalidades son más bien groseras, como que la mayoría de los esquizofrénicos se brotan entre la adolescencia y el principio de la edad adulta. Entre el desarrollo sexual y la entrada en el mundo de la responsabilidad, es claro que es muy difícil orientarse sin una función deseante bien anudada a las ideas. Es la etapa de la vida que plantea más exigencias y entre las personas que tengan limitaciones generales queda el tendal.
También queda el tendal entre los chicos normales pero que no están a la altura de sus expectativas de clase.
Otro punto de inflexión está alrededor de los cuarenta años, tal vez ahora se esté demorando un poco, pero arranca por ahí. Es la crisis de la gente bella. Las personas bellas (aka de tipo físico acorde al canon de raza dominante) corren con ventaja desde la escuela. Si tienen suerte, son conscientes de eso, o al menos no atribuyen esa ventaja a otra cosa. Pero otros se imaginan talentosos, y cuando la vida los desmiente, tienen crisis de las que es muy difícil salir. 
Hay varios de mis pacientes que fracasan cuando tienen que hacer algo nuevo, sobre todo porque tienen que integrarse a un grupo nuevo. No los conozco a todos con la misma profundidad como para asentar algún patrón, pero sí pude registrar en cada uno que la dificultad pasa en algún momento porque asumen una necesidad de adaptarse, sobreadaptarse, a un nivel físicamente imposible.
Los voy a animar a hacer en esos grupos el efecto de una bocha tirada al medio que desparrama todo.
Que se broten los demás, mis pacientes primero.

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