Cortar por lo sano

Entre las manifestaciones de los paciente graves está eso de hacerse cortes. Las opiniones de la gente común están divididas: en general opinan que es de esas cosas "para llamar la atención", incluso están los opinadores que reproducen ese mito urbano de que los que se quieren matar se cortan a lo largo y los que se cortan en sentido transversal es de mentira. Por otro lado cuando alguien querido se hace tajos en un brazo la mayoría se alarma y se preocupa en proporción. El sentido común no acepta que el individuo actúe contra sí mismo, ni que alguien busque el dolor.
Pero como dice la canción "ha de haber gente para todo".
Nunca se repite lo suficiente que una conducta por sí misma no indica una causa. De hecho, una conducta no es todavía un síntoma. Tal persona se pasa una gillete, y uno piensa que sólo estando mal puede ser que haga eso. Pero quién sabe, capaz es una de esos dolores que gustan. Capaz esa persona quiere que le duela, o no, pero lo soporta. Puede que ni siquiera lo sienta, como cosa normal, o como efecto de un estado pasajero.
Alguien puede cortarse para obligar a que la policía llame al médico forense. O también para que causar  temor a su novia (lógicamente, si alguien se lastima entendemos que también es capaz de lastimar a otros).
Cortarse puede ser una manera de demostrar coraje, valor, temeridad.
En cuanto a causarse dolor ¿quién no se arrancó cascaritas? La diferencia es es grado. También hay gente que levanta pesas, de un peso que a la mayoría nos causaría daños muy serios, pero los llamamos deportistas, no psicópatas. La diferencia es de valoración social.
El aspecto más importante del asunto es el más difícil de evaluar. Porqué cuál es el rasgo que hace de una conducta un problema de salud mental: seguramente no el grado de molestia que causan en los demás, tampoco debería contar cuánto se perjudica el sujeto a los ojos de los demás. El punto clave es qué tan compulsiva o voluntaria es esa conducta.
Si es cierto que la libertad como la imaginamos no existe, también es cierto que existen distintos grados de injerencia del individuo en distintas acciones.
El fumador que no aguanta y vuelve a prender otro cigarrillo, o que pierde la cuenta de cuántos lleva fumados en el día, no está en la misma situación que otro que fuma porque interpreta un rol en una construcción delirante. No son los mismos grados de "libertad".
Así, hay personas que se cortan "de vicio", lo que implica que ya se les volvió una manía, no lo pueden evitar.
Algo que escuché, citado con indignación, es la idea de que ahora se cortan "por moda".
No veo motivo de indignación, no veo que sea imposible ni improbable que se pongan de moda conductas agresivas, si han sido moda cosas mucho peores.
Y mucho menos veo motivo para pensar que la moda es en todos los casos una elección libre.
En este caso se refieren al efecto de imitación: cuando circula en los medios una historia donde el/la protagonista se corta, algunos se identifican con ese papel y replican la conducta.
Esto es algo muy distinto a cuando alguien se autolesiona impulsivamente, y también es distinto de quien lo hace como forma de manipulación.
Aclaración: que haya cortes "impulsivos" no quiere decir que los otros no requieran un nivel de deshinibición mayor que el promedio, quiere decir que en esos casos, el impulso llega a los centros motrices antes que la la corteza frontal, y entonces el sujeto se encuentra mirando lo que hace una vez que ya lo hizo. Casi siempre en estos casos surgen interpretaciones que son a posteriori, y tienen la estructura de una racionalización.
Cuando alguien se lastima "por moda" en realidad pasan muchas cosas, una y sólo una de ellas es que al hacerlo se incluye como miembro de una comunidad imaginaria (bah, una comunidad como todas), es un lazo simbólico que hace del corte un hecho social. También puede pasar que se esté identificando con uno o varios elementos de una historia, es decir que encontró en la historia de alguien que se corta, un sentido que le sirve para expresar algún sentimiento.
En ese punto lo lógico es preguntarse qué están queriendo decir al cortarse.
Cuidado: lo más urgente es averiguar a quién le están hablando.

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