No se puede hacer más lento

Los ansiosos siempre preguntan qué tienen que hacer para no ser ansiosos. Los obsesivos también quieren controlar sus obsesiones, y los fóbicos quieren evitar las fobias. Los histéricos en cambio nunca quieren decidirse, quieren que los demás se decidan.
A veces la angustia está determinada por una conexión simbólica, y a veces no. En el primer caso no es cuestión de hacer algo mas que hablar. Porque para que cambie una conexión simbólica, hace falta que, o bien se encuentre una conexión diferente que la desvíe, o bien se encuentran muchas conexiones alternativas que en conjunto se reparten el trabajo de la primera.
En el segundo caso tal vez se pueda hacer algo, pero no en el sentido que lo pide el paciente. Ellos quieren algo que funcione como un pase mágico. Claro que si creyeran en alguna especie de magia, eso funcionaría: si se ejecuta una "acción protectora", es decir algo que tiene una conexión simbólica (otra vez) con las reglas internas de lo que es real para ese paciente, su mente cancela toda señal de alarma disparando las drogas endorfinas que anulan su estado de alarma.
Y como casi nadie tiene una representación interna muy clara de la realidad, sino una especie de capital de confianza que ponen a disposición de quienes parecen sabios, basta que una voz confiable diga "hacé esto o aquello, que te va a hacer bien".
Fuera de esto, me pregunto todavía qué cosas puede hacer alguien para ir moderando su respuesta ansiosa. Una forma de encarar esto sería atacar el mecanismo que genera la ansiedad. Entiendo que como todas las funciones, cuando más se utiliza, más se refuerza, y si se le exige más, probablemente se fortalezca. Según esto, para que la producción de ansiedad se debilite, es muy importante que el paciente se angustie menos seguido, y en menor grado. Pero también hay que tener en cuenta que cuando se recurre a medicamentos que mitigan la ansiedad, el cerebro puede seguir intentando generar la señal de alarma, y como ésta no se registre, aumentar el esfuerzo porque se inicie el mecanismo de respuesta en cuestión. Ahí habrá que ver qué parte del circuito afectan los fármacos, seguro que los que simplemente mitigan la percepción de ansiedad, o la compensan con relajación, van a generar más rápido un fortalecimiento de la señal de alarma.
Por otro lado, una repentina sensación placentera o eufórica también tiene el efecto a nivel "cognitivo" de engañar al cerebro para que creamos que "todo está bien".
Es curioso que la estrategia "evitativa" de las fobias parece hecha a propósito para lograr esa debilitación de la ansiedad, sólo que para orientarse debe usar pequeñas cantidades de ansiedad para señalar los espacios a evitar, y para que esas cantidades sean pequeñas y al mismo tiempo efectivas, tiene que aumentar su sensibilidad (tal vez multiplicando los receptores de las señales de alarma) con lo que el resultado es que la calidad de vida no es tan buena como se esperaba.
Otro ángulo posible sería fortalecer la capacidad de regular la ansiedad. Las "técnicas de relajación" van por ese lado (además de servir de pase mágico), a condición de que se practiquen con regularidad. De todas maneras, son como esos aprendizajes intuitivos de acciones no visibles, como las técnicas de canto. Si hubiera un músculo que contraer para frenar la ansiedad, sería un músculo interno que algunos aprender a mover y otros no. El entrenamiento lo que da son repeticiones, que multiplican las chances de acertar con la señal adecuada para activar ese músculo. La sugestión, el trabajo grupal, toda la escenografía montada para relajar a las personas, al mismo tiempo que se les pide que se relajen "intencionalmente", trabaja como el kinesiólogo que flexiona las piernas del paralítico para que en algún momento las neuronas motrices asocien el movimiento con la representación del mismo y se pueda producir voluntariamente.
No es imposible que algo de esto funcione en el tratamiento de la ansiedad. Si lo hiciera, habría que esperar un grado de eficacia que corresponde a la relación contingente que existe entre la técnica y el resultado.

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