No se puede hacer más lento II

Hablando de las formas de tratar la ansiedad, cuando no está determinada por conexiones simbólicas, dejé de lado algunos abordajes posibles por falta de tiempo. Al pasar mencioné que además de la producción de ansiedad, hay que tener en cuenta la percepción de la misma. Es un poco un postulado teórico, pero me parece bastante razonable suponer que la mente no es una entidad simple que tiene "estados", sino que es un sistema complejo y no necesariamente coherente (la idea de que un sistema sea coherente sólo la pueden sostener lo que no conocen sistemas reales). 
Uno podría querer reducir la percepción de la ansiedad, o aumentar la tolerancia. Para hacer lo primero el camino directo es embotar la conciencia, saturar la percepción, o mantener el foco en otra cosa. Pero como todo mecanismo que se autoregula, la ansiedad tiene como objetivo ser notada, así que si no hay acuse de recibo, va a aumentar lo que sea necesario. Entonces, hay que estar ansioso, pero de una manera que sea manejable ¿Qué forma de percepción del peligro tiene una armazón discursiva que lo mediatice y permita manejarlo? La paranoia. Pero no se vuelve paranoico cualquiera, lo más parecido, y que cumple con todas las demás condiciones, es entrar en una formación de masa, una secta. Así se satura la conciencia con la embriaguez de la pertenencia, la unidad, se embota la percepción con la adopción de una realidad de segundo orden simplificada, y se mantiene el foco en el enemigo imaginario que cohesiona al grupo. 
Al menos en el corto plazo, no hay nada tan eficaz.
Aumentar la tolerancia a la ansiedad era la vía antigua de "formar el carácter" exponiendo a la gente a peligros, estrés, ect. Si se hace de manera guiada, se consigue que luego tengan conductas organizadas aun cuando está bajo tensión. También pasaba que como no todo el mundo tiene el mismo límite de tolerancia, siempre se corre el peligro de que en lugar de crear tolerancia, se cree un trauma y una tendencia evitativa. Supongo que eso se debería evitar en una experiencia personalizada. Es lo que llaman "desensibilización".
De nuevo el problema es la autoregulación de la ansiedad, que va a hacer que finalmente se eleve el nivel de ansiedad. 
Pareciera que la única alternativa debería ser que el paciente se angustie pero de mentirita: se vuelva histérico.
Algo de lo que nunca se volvió a hablar respecto de la ansiedad, porque la ciencia es pacata, es de la higiene emocional. Allá por el año 1890, Freud manejaba una teoría de la ansiedad igual a la de ahora: la secuencia era "ansiedad endógena > asociación secundaria a lugares y cosas por coincidencia con el ataque de angustia > deriva hacia la fobia o la obsesión.
Nótese que no sólo se considera emparentadas a las fobias y las obsesiones en cuanto a la terapia (se incluyen ambos en el grupo de los "trastornos de ansiedad") sino que hasta se medican igual. Claro que a los obsesivos les terminan dando antiimpulsivos, porque el problema es cuando se ponen pesados y no dejan de acosar a sus parejas con su manía de control y su veta sádica.
Por otro lado, en tanto que "Trastornos de personalidad" el DSM los separa, y con razón. Las fobias no se parecen a las obsesiones más que en compartir un síntoma universal: la ansiedad. Eso es no parecerse en nada.
Lo que no repiten es que el tipo puso en palabras claras lo que todos los psiquiatras de la época sabían: las crisis de angustia venían de tener coitus interruptus, especialmente en la mujeres, de quedarse con las ganas. Nótese que no se trata simplemente de no tener sexo: lo que causaba ansiedad era que la exitación sexual no se ligara a una representación. En Freud era muy fuerte esa idea de la energía libre , no anudada a representaciones como material patógeno. Hoy habría que pensar en la exitación como un algoritmo de cierto nivel, y los símbolos como procesos más complejos que pueden o no entrar en la regulación de esos algoritmos autónomos. 
Pero de alguna manera hay que recuperar la importancia de la calidad de vida sexual para el resto de la salud. Ampliar la cultura sexual para que permita incluir y dar contenido a la excitación particular que no siempre queda representada en los estereotipos.
Por supuesto, también se puede bajar la libido, que es lo que hacen los antidepresivos y neurolépticos, jeje.

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