Turing y su máquina de garchar

Un amigo de un amigo se bajó el Tinder y se hizo un bot (uno de esos programitas que interactúan con las redes sociales) programado para poner "Me gusta" en todos los perfiles de mujeres. Lo dejó andando un tiempo, y después se dedicó a elegir entre todas las chicas que hicieron "Match". El flaco al parecer comentaba que "así ya arranco con ventaja, tengo para elegir". Mi respuesta fué "¿sabrá ese amigo que las chicas probablemente estén haciendo el mismo juego?"
Una diferencia entre estas aplicaciones y un boliche para el levante es que los demás no ven tus interacciones. Pero como todos juegan en el mismo lugar, lo lógico es esperar que todos hagan uso de las posibilidades que les da la red.
Al final se termina haciendo un juego de selección mutua, que tiene sus vueltas propias pero en el fondo no cambia mucho.
La meta siempre es la misma y es bastante escurridiza: acertar a despertar el deseo en otro.
Por más que parezca que sólo quieren encontrar con quien tener sexo: eso es mucho más sencillo y se ve que el juego es diferente cuando las personas simplemente buscan cojer.
El truco del bot se parece mucho a lo que hacen algunos seductores compulsivos (viene bien la analogía con lo automático) que se dedican a encarar a todas las mujeres que se le cruzan. Algunos usar esas fórmulas ambiguas que con esfuerzo pueden hacer pasar por chiste cuando fracasan. Pero son los menos, porque la verdadera eficacia de este método no es la estadística de que de todas, alguna mujer va a estar interesada. El encarador serial cuenta con que al ser reconocido como tal, las mujeres lo evitan o se le acercan porque saben lo que pueden esperar. Al final, termina creyendo que todas le dan bola ....
(Cuando digo que cuenta con ser reconocido, no quiero decir que lo sepa, sino que sin eso la cosa no funciona.
Otro perfil de seductor compulsivo es el insistente: el que se la pasa haciendo propuestas a la misma hasta que al final ella le da bola. Éste se imagina que también juega con la estadística, que todo era cuestión de esperar y estar en el lugar indicado en el momento indicado, pero lo que hace en realidad es inducir en su presa una suposición de que al tipo le pasa algo distinto con ella.
Si estas conductas parecen formas de psicopatía, es porque son formas de manipular a los demás, sin comprometerse afectivamente. El caso del bot podría ser un extremo en esteo, si no fuera porque las aplicaciones ya son, de por sí, una máquina intermediaria para que todo el juego de mostrarle al otro lo que uno quiere, no tenga que ser sostenido poniendo el cuerpo desde el principio.
¿Hay diferencia entre hacer algo ensayado y repetido hasta que se hace sin pensar, y poner una máquina a hacerlo? Aún cuando no se tenga consciencia, creo que no es indiferente que el cuerpo esté ahí, al menos para él. Pero la dinámica del levante depende mucho más de lo que se imaginen las mujeres que le pasa al tipo. 
Y si el tipo es un disco rallado, bueno: no será la primera vez.



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