Tareas domésticas
Desde que trabajo en el consultorio, hasta el momento nunca me faltó un o una paciente que tuviera problemas de convivencia a causa de las tareas domésticas. Como es sabido, las mujeres se quejan de que los varones son negligentes o directamente se resisten a hacer la parte que les toca, y los varones se quejan de que las mujeres se quejan. Todos, por supuesto, esperan que el terapeuta les dé la razón, los apañe, les diga "no merecés que te traten así". Y yo creo que debería colgar un cartel con la frase de Hamlet: "Tratad a cada uno según lo merezca y nadie escapará de una paliza". El primer problema es que cuanto más protestes porque te dejen sola con un trabajo, más odioso parece ese trabajo. Y ya se parte de un trabajo concebido como inferior, así que la protesta agranda el problema y además te carga con el defecto de ser una mujer protestona, quejosa, vaga, mala mujer, PUTA. Les parece que exagero pero créanme: así funciona la mente del varón promedio. En esto