El cambio de sexo en el matrimonio
A la gente casada siempre la vemos padeciendo limitaciones. El folklore nos convence de que cualquier asociación es limitante, y sobre todo si se trata de la vida sexual, sólo podemos ver el lado negativo. Ya es un misterio que no podamos dejar de hacernos problema por algo que es esencialmente fuente de placer. Pero es muy sospechoso que la narrativa generalizada se centre en todo lo que se pierde cuando las personas se unen y se ponen de acuerdo. No hace falta tener una idea determinista acerca de cómo el imaginario social nos condiciona, está claro que la mayoría de nosotros puede poner una prudente distancia entre la forma en que piensa y la forma en que actúa. Si no fuera por eso, no habría matrimonios heterosexuales, porque la representación vigente es que eso es una aspiración femenina: el varón casado está castrado. Lo cierto es que hay parejas donde pareciera que la cosa funciona realmente así: los maridos eternamente tratando de no ser maridos porque eso los hace sentir meno