Cómo hacer mierda todo con palabras

El tipo me hablaba a través de la reja. Yo tenía la misión, la odiosa encomienda, de mandarlo a cagar. El tipo venía a pedir que le demos otra oportunidad a su hija, que bien nos había jodido: se peleaba, no colaboraba, se cortaba, y en la primera oportunidad se escapaba a buscar falopa. En algún momento me dice el tipo "no me puede hacer esto, un día nos podemos cruzar en la calle". Me pareció una frase vacía y bastante impotente, pero mas tarde, el director de la comunidad me señalaba "tenés que ser más cuidadoso, de Leonardis: te estaba amenazando". Al final nunca me lo crucé... todavía. El hecho es que en ese momento no entendía realmente lo que es una amenaza, pensaba que era un hecho discursivo.
Algunos años después entendí que son otra cosa, como muchas manipulaciones, no operan a partir de los consensos lingüisticos, sino desde la experiencia sensible y sobre los actos reflejos y los condicionamientos.

Esta escena recordaba hoy mirando la performance del presidente inviable que nos hemos agenciado. Lo veía en una absoluta continuidad con todo lo que vino haciendo, cosas como el DNU y la Ley Omnibus. Lo más desesperante es la sensación de que los profesionales del tema, los políticos, actúan como ante un hecho político que estuviera en alguna medida dentro del juego de las negociaciones entre fuerzas, de la "rosca", que como todo tablero de juego que lleva sus años de estabilidad, es un espacio donde imperan algunos consensos. 
Si tratas de jugar desde los consensos contra alguien que está por fuera, podés terminar muy mal.

También por eso es indiferente que el tipo sea un psicótico de libro, o no. No lo sabremos hasta mucho después, y tampoco serviría. Porque lo que hace no es un hecho de discurso. No se trata de discutir los "datos" del PBI del año cero. Ni siquiera es importante que el año cero no figure en ningún calendario.
Todo el punto de la alocución presidencial es "yo defino la realidad, porque me apoya el poder del dinero. El dinero manda". El que no esté de acuerdo es una amenaza y lo vamos a tratar como tal.
Mucha gente sí se da cuenta del paralelismo entre esto y el ascenso del fascismo en los años '30 del sXX.
Hay elementos, pero es porque los empresarios no producen nada: todo lo compran hecho, o lo copian.
Pero si bien el fascismo era un movimiento político que se apoderaba del estado para defender al capital del avance del movimiento obrero, este neofascismo quiere especialmente la destrucción del Estado, porque el capital engordó lo suficiente como para creer que no lo necesita.
No es casual que se nutran con sectas irracionales: el estado moderno entronizó la razón positiva, pero la terminó convirtiendo en otro mecanismo de exclusión.
El loco dice "la razón excluye", y no se equivoca.
El banquero dice "el dinero es un signo universalmente válido", y nadie lo puede desmentir.
El empresario es el que ahora dice "todos pueden pertenecer(me)".



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